En las primeras horas de este domingo el pueblo de Guantánamo recibió consternado la noticia de la repentina muerte, en su casa de Boquerón de Yateras, del Maestro Ángel Iñigo Blanco de Anaya, artista autodidácta creador del único zoológico de piedras que existe en el mundo en la finca San Lorenzo, territorio en la actualidad perteneciente al municipio de Manuel Tames, en Guantánamo.
Hace más de 35 años, desde finales de la década del 70 del pasado siglo, cuando el campesino Iñigo, tras culminar sus labores agrícolas se ponía, sólo con la ayuda de un hacha, un cincel y una trincha, a esculpir unas piedras calizas y darles a estas, formas de animales de la pradera africana que antes veía en unas viejas postales.
Hoy, aquella idea es una realidad que se conoce en todo el mundo, con casi 500 piezas esculpidas entre Iñigo y su hijo Ángelito.
Por sus aportes a la cultura cubana Ángel Iñigo recibió diversos reconocimientos y condecoraciones, entre las que se encuentran el sello de Laureado del Sindicato de los Trabajadores de la Cultura y la medalla Raúl Gómez García que confiere el Consejo de Estado, junto al cariño y la admiración de quienes lo conocieron.
El cadáver de Ángel Iñigo Blanco de Anaya fue velado en la casa de la cultura municipal Ruben López Sabariego, donde el pueblo guantanamero le rindió merecido tributo.