“Hasta hace poco tiempo la fuerza de trabajo se formaba con la intención de ser insertada en el sector estatal; sin embargo, hoy el diapasón es más amplio, pues incluye el escenario no estatal con sus nuevas formas de gestión”, destacó Marta Elena Feitó Cabrera, viceministra primera del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social.
En entrevista para este semanario la funcionaria indicó que las prioridades de ese organismo en materia de empleo están dirigidas a los jóvenes que egresan de los distintos niveles de enseñanza, a las mujeres, a quienes concluyen el servicio militar activo, a personas con discapacidad, hacia exreclusos o con sanciones sin internamiento y a los desvinculados del trabajo.
“Además, resulta imperioso, dijo, el desarrollo local en comunidades, una previsión a largo plazo —hasta el 2030—. Hay que recordar que algunas de ellas, por ejemplo, vivían de la pesca, hoy muy deprimida; por ello la necesidad de potenciar allí el empleo.
“Aún sin entrar en vigor, recordó, el nuevo Código de Trabajo modifica algunos preceptos vinculados al servicio social. A todos los universitarios se les garantiza empleo en el sector estatal una vez graduados, previéndose que tal perspectiva se mantenga. “Sin embargo, agregó, no sucede igual con los graduados de nivel medio, de ahí que si el Estado no puede ofrecerles trabajo, esos jóvenes podrán incorporarse al no estatal. Irán al sector estatal los que demande la economía, siempre en la búsqueda de un equilibrio entre la necesidad y la disponibilidad”, indicó la Viceministra.
Durante el pasado año las direcciones correspondientes de trabajo incorporaron al empleo a unas 230 mil 550 personas, de ellas 7 mil 734 graduados universitarios, 27 mil 593 técnicos medios, 424 egresados de escuelas de oficio y 24 mil 588 obreros calificados.
Para muchos, el mercado laboral en Cuba se expresa como una economía más bien humanista y muy vulnerable a influjos externos, dado el nivel y estructura de desarrollo de la economía nacional.
Las más recientes estadísticas indican una disminución del número de empleados en el sector estatal y un aumento entre los no estatales, aunque como aspecto sobresaliente, los estimados de personas vinculadas a la economía han ido en ascenso.
A ello se une que la tasa de desocupación en el país alcanza el 3,5 %, un nivel muy bajo y comparable, según expertos, al rango internacionalmente considerado como pleno empleo