Para un líder acostumbrado al contacto directo con las masas, era inusual comunicarse con ellas desde un avión en pleno vuelo. Así ocurrió un día como hoy, 28 de abril, hace 55 años, cuando faltaban apenas 72 horas para la celebración del primer Primero de Mayo en libertad.
Fidel había viajado desde Canadá a Estados Unidos donde hizo escala para seguir hacia Buenos Aires con el fin de participar en la Conferencia del Comité de los 21, donde, según sus propias palabras, expondría “el punto de vista de la Revolución cubana sobre los problemas de América Latina”, y cuando la aeronave sobrevoló nuestro archipiélago, se dirigió a sus compatriotas con quienes no podría compartir tan significativa fecha.
“Desde aquí, con tres días de anticipación, quiero expresar nuestra simpatía y solidaridad con los trabajadores de Cuba, y esperamos que ese día se reúnan allí también no solo los trabajadores, sino que se reúna todo el pueblo, porque el Día de los Trabajadores debe ser el día de todo el pueblo (…) puesto que esta obra grande que nuestra patria se ha propuesto realizar y que está realizando por encima de todos los obstáculos, es una obra de toda la nación”.
Muy pronto esas palabras volverán a hacerse realidad. Las entusiastas y nutridas marchas multitudinarias coronadas de banderas cubanas, telas y pancartas enarbolando compromisos y combativas consignas, recorrerán el mundo en imágenes televisivas como evidencia de la fortaleza de una Revolución construida por los trabajadores.
Contrastarán con las numerosas demostraciones de protesta que tendrán lugar en otras partes del mundo contra las recetas aplicadas por los Gobiernos capitalistas y sus mecanismos imperiales para enfrentar la crisis: recortes en salarios y pensiones, eliminación de derechos sociales, desempleo.
Esta dramática situación se refleja en la declaración de la Federación Sindical Mundial por el Primero de Mayo de este año, que parece escrita para los tiempos fundacionales del Día Internacional de los Trabajadores, al llamarlos a alzarse frente a los mismos males que han padecido a lo largo de siglos: “Contra la barbarie capitalista, por justicia social y por un mundo sin explotación”.
En este archipiélago enfrentamos un sin fin de dificultades, pero tenemos el privilegio de poderlas vencer todos juntos, con soluciones propias y mirando al futuro. Lo expresa el lema de nuestra convocatoria: Unidad y eficiencia por nuestro socialismo.
Para ganar en eficiencia, el país emprendió un proceso de reordenamiento laboral complejo, en el cual se avanza no sin tropiezos, aunque siempre poniendo en primer plano la defensa de los derechos del trabajador.
Y si bien la empresa estatal continuará siendo la forma principal en la economía nacional, basada en la propiedad del pueblo sobre los medios fundamentales de producción, el crecimiento del empleo no estatal, no será, como anhelan los que buscan socavar nuestro proyecto social, una brecha para que se abra paso el capitalismo, sino una fuente legítima y digna de ocupación, que aporta a la obra grande de la que hablaba Fidel, y cuyos trabajadores gozan de los mismos derechos que los empleados en las empresas estatales.
En cuanto al salario, que es otro de los temas por el que nos fustigan, se emprenden pasos firmes para desplegar un sistema salarial flexible y consecuente con el principio de distribución en el socialismo“de cada cual según su capacidad a cada cual según su trabajo”; de ello fue ejemplo el reciente incremento salarial a más de 400 mil trabajadores del sector de la Salud.
Cuba marcha en el empeño de construir un mejor socialismo, al cual Estados Unidos intenta sabotear apelando a viejos recursos como la subversión ideológica, perfeccionada con las nuevas tecnologías. Quedaron al desnudo las intenciones subversivas del llamado twitter cubano, plan injerencista que no es el único.
Tal vez al calor del entusiasmo del Primero de Mayo algún compatriota ingenioso, ante agresiones como esta, le aplique al águila imperial el popular refrán campesino protagonizado por otro pajarito nuestro: “Por mucho que vuele el aura siempre el pitirre la pica” y es que Washington se ha encontrado aquí a un pueblo batallador dispuesto a defender a su nación, su Revolución y el socialismo.
Así lo ratificaremos en el Día de todos, como lo calificó Fidel, en que a lo largo y ancho del país reafirmaremos nuestro deber con ese quehacer colectivo a cuyo avance contribuye día tras día cada hombre y mujer que siente por esta tierra.
Acerca del autor
Graduada de Periodismo. Subdirector Editorial del Periódico Trabajadores desde el …