Por: Walkiria Juanes Sánchez, estudiante de Periodismo
Así mostró Periquito su desacuerdo con la ocupación estadounidense en Guantánamo, el 25 de julio de 1898. Cuando ya la guerra iniciada en 1895 estaba casi ganada por los mambises, le prohibieron la entrada a su ciudad natal, caso similar al ocurrido con Calixto García en la oriental provincia de Santiago de Cuba.
Pedro Agustín Pérez, más conocido entre sus tropas como Periquito, nació el 29 de abril de 1844 en Tiguabos, Guantánamo. Sus padres, Eligio y María Pérez, familia de campo acomodada, profesaban profunda lealtad a España.
Desde pequeño su educación la asumió su tío Miguel Pérez Céspedes, capitán y jefe de las escuadras españolas de Santa Catalina del Guaso, lo cual propició que a los 15 años de edad Pedro se incorporara a las escuadras en apoyo y defensa del gobierno hispano, en las que llegó a alcanzar el grado de comandante durante la guerra independentista iniciada en 1868, la cual concluyó en 1878 sin que los cubanos lograran sus objetivos.
En el transcurso de ese período su pensamiento político evolucionó y abrazó la causa independentista antes que concluyera la contienda bélica. Cooperó con el oficial mambí Arcid Duvergel, entregándole pertrechos e informaciones de inteligencia, y en unión de su primo Santos Pérez se vinculó a la peligrosa labor conspirativa bajo el mando de Silverio del Prado.
La traición de Santos provocó la detención de los conspiradores. Periquito fue encarcelado en Cayo Toro, adonde el primo acudió para proponerle que se reincorporara al ejército español. El detenido fingió sentirse arrepentido y el mando colonial lo designó comandante militar de Palma de San Juan.
En septiembre de 1879, al estallar la Guerra Chiquita, Pedro Agustín se alzó en armas con su compañía y tomó el fuerte de El Vínculo. Subordinado a José Maceo y Guillermo Moncada fue ascendido a coronel y participó en varias acciones combativas, hasta que a principios de diciembre resultó herido, capturado y confinado en el Morro de Santiago de Cuba, fortaleza de la cual escapó espectacularmente en la noche del 24 de diciembre de ese año. A partir de ese momento devino hombre de leyenda de la revolución en Oriente, sin dejar de combatir hasta el último instante de su vida.
Cuando en 1890, en pleno período de la Tregua Fecunda, el Mayor General Antonio Maceo arribó a Santiago de Cuba con el objetivo de reiniciar la guerra, nombró oficialmente a Pedro A. Pérez como jefe de la conspiración del Alto Oriente, como era conocida la región guantanamera. El intento fracasó y Maceo fue expulsado de la isla.
No tardó Periquito en crear el Club Secreto de Guantánamo, para lo cual contó con el apoyo de otros mambises y de periodistas encabezados por Rafael Gutiérrez. También supo valorar la importancia que para la causa tenía el movimiento obrero, captó e incorporó a ella a los principales líderes de los gremios.
En 1893, a propuesta de sus compañeros y con la aprobación de José Martí, asumió la responsabilidad de Delegado del Partido Revolucionario Cubano en Guantánamo, lo que de hecho lo convirtió en el único caso en Cuba que en que recayera la doble investidura de jefe militar y líder político, pues siempre tales cargos los ocupaban dos personas en cada zona.
De nuevo en la manigua
Bajo las órdenes de Guillermón Moncada, en la mañana del 24 de febrero de 1895 se pronunció de nuevo en armas, en Boca de Jaibo. En la tarde de ese día se produjeron siete levantamientos de manera casi simultánea.
En la finca La Confianza, Periquito, Emilio Giró y más de 20 hombres suscribieron un acta que proclama la decisión de los patriotas de alcanzar la independencia o morir en el empeño. En la costa, los hermanos Tudela García, cumpliendo la orden de Periquito, protagonizaron la primera acción victoriosa tras tomar el fuerte de Morrillo Chico.
Abril, mes más fecundo de la denominada Guerra Necesaria, se inscribió en la historia guantanamera cuando Periquito y José Maceo, con las fuerzas del Guaso, auxiliaron y salvaron a José Martí y a Máximo Gómez de la emboscada que en Arroyo Hondo les tenía tendida el coronel español Juan Copello.
Días antes Periquito había llevado a cabo una operación militar en el territorio de Yateras, para permitir el paso de Antonio Maceo por la peligrosa zona. Durante ella, combatientes bajo su mando encontraron a José Maceo en muy mal estado de salud.
El 27 de abril de 1895 arribaron José Martí y Máximo Gómez al campamento de Vuelta Corta de Filipinas, donde conocieron al patriota guantanamero. El Apóstol escribió en su Diario de Campaña: “A la tarde, Pedro Pérez, el primer sublevado de Guantánamo: de 18 meses de escondite, salió al fin, con 37, seguido de muerte, y hoy tiene 200. En el monte, con los 17 de la casa, está su mujer, que nos manda la primer bandera…”.
La ayuda que en 1896 Pedro A. Pérez ofreció a los líderes mambises, incluido Calixto García, fue su misión estratégica más importante, en la cual demostró su capacidad para dirigir la Primera División del Primer Cuerpo de Ejército.
Al caer José Maceo, el León de Oriente, en combate, en Loma del Gato, en junio del referido año, la junta de generales del primer Cuerpo de Ejército nombró a Periquito para que lo sustituyera.
Por órdenes de Calixto García, durante la guerra hispano-cubano-americana, Periquito prestó cooperación a las fuerzas norteamericanas que desembarcaron en la bahía. Decisiva resultó la participación de sus fuerzas en las acciones combativas al cercar a la brigada española del general Luis Pareja, que defendía la villa de Guantánamo, impidiendo así que sus 7 mil efectivos atacaran a los efectivos estadounidenses por la retaguardia.
En la neocolonia
Periquito, quien desempeñaba las funciones de alcalde provisional de Guantánamo, con el apoyo de otros patriotas, arremetía contra los representantes del imperio y los anexionistas del patio, debido a un incremento de los conflictos con los yanquis en los primeros meses de 1899.
En 1902 fue elegido alcalde por votación popular, cargo desde el cual ejerció un mandato progresista. Se opuso a la Enmienda Platt y en diciembre de 1903 rehusó participar en el acto donde oficialmente la armada estadounidense estableció la Base Naval en la bahía de Guantánamo.
Falleció en la madrugada del 13 de abril de 1914, a los 70 años de edad, en su finca de Boca de Jaibo. Por decisión de su esposa, sus restos fueron velados en la vivienda que ocupaba después de su entrada a la ciudad, el 9 de octubre de 1898. En ese sitio se levanta la Casa Museo Pedro Agustín Pérez, inaugurada en julio del 2013