El arquitecto Irán Millán Cuétara, director de la Oficina del Conservador de la Ciudad de Cienfuegos y diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular, es muy respetado por sus conocimientos y también por su consagración al cuidado del patrimonio de la Perla del Sur, cuyo Centro Histórico fue declarado por la Unesco en el 2005, Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Sobre esos y otros aspectos accedió a dar sus consideraciones.
En una ocasión confesaste que la Historia te motivaba mucho. ¿Por qué te inclinaste entonces por la Arquitectura?
La Historia siempre me motivó durante mi época de estudiante de la enseñanza media, aunque desde los 13 años sabía que estudiaría Arquitectura, pues veía a mi padre en la actividad constructiva y también en sus proyectos.
Conformamos un círculo de interés de Arquitectura y ya quedé atrapado por siempre a este arte del presente para el futuro. Me desarrollé en la Universidad de La Habana como instructor de Historia de la Arquitectura, lo que me permitió establecer una comunión entre ambas materias, que definieron, sin saberlo, mi vida posterior.
Es la teoría en función de perpetuar la memoria histórica, es la unión indisoluble entre el pasado, el presente y el futuro, circunstancias y productos de los cuales somos sus hijos.
Tengo la impresión de que en el arte y la técnica de proyectar y diseñar edificios, otras estructuras y espacios, hemos tenido en el país demasiados descuidos. ¿Qué consideración te merece este planteamiento?
El conocer de dónde venimos y qué somos nos permite proyectarnos hacia el futuro con bases sólidas.
Lo que se desconoce no se valora y preserva; de ahí que muchas veces la experiencia y las buenas prácticas no se convierten en paradigmas. Al carecer de esos conocimientos somos presas fáciles de tendencias externas que carecen de solidez y del arraigo local que tanto necesitamos. Hemos sido influenciados por cantos foráneos y locales, donde se sobrevaloran el tecnicismo, la tecnología o la economía, subvalorando el diseño y el papel rector del arquitecto. Al pasar el tiempo, nada valedero ni trascendental han dejado.
Tenemos un excelente gremio de profesionales, con alta preparación y una rica historia, que ha colocado a la arquitectura cubana al más alto nivel. La disyuntiva actual es la de buscar vías que nos permitan ser continuadores y protagonistas con sello propio, para que sigamos siendo un país de referencia universal.
En declaraciones a Trabajadores hace algunos años afirmaste que “la acción renovadora que se ejecuta en Cienfuegos es como poder tocar el futuro con las manos”. De aquella fecha hasta hoy ha pasado el tiempo, ¿aún la ves de ese modo?
El trabajo de preservación y rescate patrimonial en Cienfuegos ha transitado por varios momentos. Inicialmente en la década de los 70 del siglo pasado, bajo la dirección de la licenciada Inés Suau Bonet. En 1977 se intervinieron varios sitios históricos vinculados con el levantamiento popular del 5 de septiembre de 1957.
Este accionar sobre la ciudad marcó las pautas a seguir, que alcanzaron su madurez en la década de los 90, cuando se volcaron todos nuestros esfuerzos al trabajo integral de rescate del Centro Histórico. Se reconoció en 1995 a esta área como Monumento Nacional, única dentro de las ciudades cubanas fundadas en el siglo XIX que conquistó esta categoría.
Tal acción renovadora, que llegó para quedarse como una voluntad política y de amplio respaldo popular, se ha convertido en un valioso instrumento para su desarrollo. Preservar el patrimonio nos propicia construir un futuro de forma armónica y coherente, donde tradición y modernidad se abrazan, para poder seguir tocando el futuro con las propias manos de este noble y culto pueblo.
¿Cuáles consideras que son los principales logros de la labor de conservación de la ciudad de Cienfuegos?
Cuando se manifiestan los tres elementos claves para la conservación de una ciudad como esta: un rico patrimonio que se gestiona, un pueblo con identidad y orgullo creador y una voluntad política, realmente las condiciones están creadas para obtener los resultados que hemos alcanzado.
Estas fortalezas han paliado la falta de infraestructura y financiamiento de la Oficina del Conservador de la Ciudad. Nuestro mayor logro es haber superado esas limitaciones, con la unidad de todos los factores del territorio. Solo con un trabajo colectivo se puede mostrar una ciudad ordenada, limpia, segura, bella y con un promisorio desarrollo económico, que repercutirá directamente en el mejoramiento constante de la calidad de vida de los cienfuegueros.
La declaratoria de su Centro Histórico Patrimonio Cultural de la Humanidad, en el 2005, por la Unesco, es muestra palpable de resultados cimeros del quehacer de la conservación y la ubica como la única ciudad fundada en el siglo XIX, en América Latina y el Caribe, que alcanza este reconocimiento universal.
¿Cómo se ha logrado armonía entre el cuidado y la preservación de la ciudad y la proliferación brusca de actividades no estatales?
El Centro Histórico de Cienfuegos está ponderado por su homogeneidad e integración, autenticidad y excepcionalidad, que le otorgan al conjunto urbano una categoría de alto valor patrimonial.
La ciudad y sus áreas históricas pertenecen a todos y a cada uno de sus actores, los que tienen el mismo derecho de participar de ella en su cuidado, preservación y desarrollo. Cada acción que se realiza está debidamente regulada y ordenada, lo que ha permitido establecer políticas a seguir sobre el tratamiento a las actividades no estatales.
Estas han transitado por varios momentos. La falta de previsión en cuanto a su comportamiento físico y funcional, con una proliferación impetuosa, tuvo expresiones no adecuadas, agresivas visualmente, con carencia de las condiciones ambientales e higiénicas e irradiación hacia el espacio público no autorizado en cuanto a su utilización.
Todas estas situaciones se han ido adecuando, por el accionar conjunto del Consejo de Administración Municipal, la Dirección de Planificación Física y la Oficina del Conservador de la Ciudad. Hemos arribado a un estadio superior, que ha traído consigo un reordenamiento de la ubicación con regulaciones más precisas, con vistas a consolidar la presencia de servicios de calidad, bellos y funcionales.
En el 2019 se celebrará el bicentenario de la fundación de Cienfuegos. ¿Qué proyecciones existen con motivo de ese acontecimiento?
Trabajamos desde hace algún tiempo en la preparación de un plan. Se ha diseñado el proyecto Cienfuegos 200, que involucra a todos los actores de la ciudad, con la realización de obras en diferentes manifestaciones y sectores, incorporadas al programa anual de inversiones, así como con acciones intangibles que llenarán de satisfacción espiritual a la población y a la cultura.
¿Hacia dónde apuntan los retos principales que debe afrontar el equipo de la Oficina que diriges?
Nuestra Oficina es la más joven de las existentes en el país. Con más de 15 años se encuentran las de La Habana, Trinidad, Camagüey y Santiago de Cuba. Recientemente, por acuerdo del Consejo de Estado, se aprobó la creación de la Red de Oficinas del Historiador y Conservador de las ciudades patrimoniales de Cuba, donde se incorporarán otras con valores destacados, las que fortalecerán este conjunto de joyas.
La categoría de unidad presupuestada que posee nuestra Oficina nos limita para disponer de la estructura funcional necesaria y un sistema económico, de forma tal que fortalezca el financiamiento para cumplir con la misión encomendada.
La ausencia de ingresos por el sistema impositivo o la comercialización de servicios y la no existencia de una empresa de restauración, a diferencia de las demás entidades, obstaculizan nuestro futuro, por lo que cambiar la categoría a unidad presupuestada con tratamiento especial constituye el primer reto que debemos enfrentar en este 2014.
Contar con una prestigiosa Oficina del Conservador, una Escuela de Oficios con un programa de socialización cultural en la comunidad con alta valía y reconocimiento y recibir un apoyo incondicional en cada momento nos hacen sentir seguros de que abriremos nuevas alamedas con resultados superiores, en esta privilegiada y heroica ciudad, de la cual todos los cubanos nos sentimos tan orgullosos.