La grandeza de la fábrica de queso, del Establecimiento de Productos Lácteos de Morón no se mide por el volumen de su plantilla de solo ocho trabajadores, sino por las acciones cotidianas enriquecedoras de una tradición laboral que cumplirá 25 años el próximo 26 de julio.
Se inicia la fábrica en esa fecha histórica con pocos recursos, pero con mucho ímpetu del personal. “Comienzo aquí con dos ayudantes, un depósito y dos paletas de madera para agitar y cortar la leche de forma manual”, rememora Aramís Ulloa Ferrer, quien se estrenaba en 1989 como técnico medio en el combinado lácteo, del municipio de Morón, en la provincia de Ciego de Ávila.
“Apenas elaborábamos al comienzo cinco toneladas mensualmente de quesos blanco y fundido, hoy sobrepasamos las 13 toneladas”, comenta el especialista y añade que empezaron a diversificar los surtidos desde el inicio en 1993 con el desarrollo del turismo en los cayos Coco y Guillermo.
“Incorporamos al proceso el Majial y el Favorito, condimentados con ajo, pimienta y ají naturales; y el semiduro Arami, que es de nuestra autoría, en respuesta al llamado de la dirección del país de llevar los productos nacionales a las instalaciones turísticas para disminuir las importaciones”.
La calidad desde los potreros
Según Ulloa Ferrer, el rigor del proceso comienza desde los potreros, pues la materia prima debe llegar a la industria con el porcentaje necesario de nutrientes naturales, tales como la grasa, el calcio y la caseína.
Para garantizar el cumplimiento de esos requisitos se realizó un trabajo con especialistas del sector agropecuario en la selección de rutas estables de acopio de leche fresca en zonas montañosas de buena vegetación, en lo fundamental de los municipios de Florencia y Chambas.
“Nosotros nos encargamos de los correctos tratamientos térmicos, de evitar pérdidas para aprovechar al máximo el líquido proveniente de las vaquerías”, declara Norma Rabelo Horta, una de las dos únicas mujeres de la unidad quesera.
Aramís lo corrobora: “La norma es de 11 o 12 litros de leche para producir un kilogramo de queso, según la variedad. Los elaboramos con la misma calidad utilizando 9,96 y 10,2; hemos logrado varias veces ahorrar 10 mil litros mensuales que equivale a dejar de utilizar una tonelada de leche entera en polvo, cotizada a más de 5 mil 500 dólares en el mercado mundial”.
Reconoce que esos aportes son posibles porque allí “cuaja” mejor un sistema de pago aplicado recientemente. Argumenta que en la actualidad se requiere, como antes, cumplir el plan de producción mensual, aunque la esencia de la remuneración es el aumento del rendimiento industrial.
Ahora los obreros devengan entre 600 y 700 pesos, incluido el salario y la estimulación. Y es que la motivación también genera eficiencia.
Una evidencia son las estadísticas del 2013 que reflejan el 109 % de cumplimiento del plan de producción, cifra superior a igual etapa precedente. Mientras que al 110 % cerró el primer trimestre del presente año, tras procesar 39,6 toneladas que equivalen a unos 10 mil 534 quesos de 3,75 kilogramos cada uno.
Si no fuera por la Anir…
El obrero Alieski Hernández Pardo, quien se capacitó junto con Norma Rabelo como maestro quesero, afirma que la fábrica evoluciona con la contribución de los innovadores.
Menciona el parafinador que se hizo en el centro a partir de equipos en desuso, la adaptación de un sedimentador, la conversión de un cuarto subutilizado en nevera de maduración y otras soluciones.
“Todas son importantes, pero considero más valiosa la inventiva de nuestro jefe de brigada, Aramís Ulloa, pues gracias a él tenemos una marca propia, el queso Arami”, subraya Alieski.
Dijo que el producto fue distinguido con un premio de innovación tecnológica. Su autor detalla: “Es de la familia de los semiduros que se parafina en nuestro establecimiento, de corto tiempo de maduración y muy funcional, ya que puede ser lasqueado y utilizado en la preparación de pizzas, espaguetis y sándwich, entre otros usos.
“Me inspiró crearlo cuando escuché el llamado del compañero Raúl Castro sobre la necesidad de aprovechar el talento en el país para sustituir importaciones. A partir del 2009 se concretó mi aporte al distribuirse el nuevo producto en los hoteles de la cayería norte de Ciego de Ávila.
“Aún continúa comercializándose en esas instalaciones, junto a las otras tres variedades nuestras y los provenientes principalmente de las industrias de Camagüey, Bayamo y Cumanayagua, disminuyendo así la entrada de quesos caros, entre los que figura el holandés Gouda que cuesta 5 mil 410 dólares la tonelada”.
Como si también pusiera sus anhelos en la cámara de maduración, Alejandro Martínez Pérez, encargado de limpieza de equipos especiales, habla de la posibilidad de ver crecer su fábrica.
Aramís afirma que están en marcha los preparativos de la documentación para ampliar las capacidades fabriles, y asegura que sí está ya la disposición del colectivo de llegar a 19 variedades, las cuales se mostrarán en julio venidero, en la actividad por el aniversario 25 de la planta.
“Quedaría potenciar en el territorio las alternativas alimentarias para el ganado, la sequía es cada vez más violenta y coincide con la temporada alta del turismo, cuando necesitamos más cantidad de leche para enfrentar el crecimiento de las producciones y de la, ventas al sector turístico, cuestión esta que llevé a las sesiones finales del XX Congreso de la CTC”, enfatiza el maestro quesero.
Acerca del autor
Licenciado en Comunicación Social. Economista y periodista. Escribe sobre asuntos económicos, agropecuarios, de la construcción y la cultura. Multipremiado en concursos de periodismo, festivales de la radio y otros eventos. Atesora las distinciones Félix Elmuza y Raúl Gomez García, los sellos Laureado y 50 aniversario del periódico Trabajadores, y la Moneda Conmemorativa 60 aniversario de la UPEC.