A pesar de las limitaciones propias que provoca contar con una vieja tecnología en la industria, y de los reiterados incumplimientos en la transportación por casillas de ferrocarril, las dos salineras de la provincia de Guantánamo garantizan en la actualidad la totalidad de la producción de sal que se consume en el país.
La sal que se extrae y elabora en la industria salinera (UEB) Frank País García, la mayor de Cuba, y la que tributa su hermana menor la unidad empresarial básica Joa, ubicadas ambas en el municipio guantanamero de Caimanera es consumida por cuatro de cada cinco cubanos, al estar fuera de producción las plantas de Camagüey y de Puerto Padre, en Las Tunas.
De ahí la importancia del cumplimiento, hasta la fecha, de los planes productivos que mantienen la salinera de Guantánamo, en la extracción de sal fina y gruesa, y de los paquetes de un kilogramo, con una producción mercantil superior al 101 por ciento.
“La provincia —al decir de la ingeniera Sarai Corría Frómeta, directora de la UEB— tiene la responsabilidad de garantizar la sal de la canasta básica de los cubanos, la de la electroquímica y otras producciones, destinadas a otros mercados”.
El empeño de sus trabajadores, y con destaque especial de sus aniristas, la unidad básica de la sal logra revertir los atrasos del pasado año provocados por diferentes roturas e interrupciones con la transportación.
La empresa Frank País cumple los planes de sustitución de importaciones de sus principales productos: la sal fina y la sal industrial, la entrega a las Tiendas Recaudadoras de Divisas (TRD) de la marca extrafina Caribeña, demanda por su alto grado de pureza y homogeneidad en la granulometría.
Con más de 100 años de experiencia en la obtención de sal marina por medio de la evaporación solar, la Salinera Guantánamo tiene en la actualidad en marcha un proyecto de iniciativa municipal para el desarrollo local consistente en la producción minidosis de sal extrafina condimentada en paquetes de 100 gramos.