Uno de los temas más debatidos en la sesión plenaria de la jornada matutina de este sábado en el VIII Congreso de la Uneac estuvo relacionado con la necesaria transformación que demanda el cine cubano y en particular de la promulgación de una Ley de Cine en cuyo proceso, según los delegados, se requiere del apoyo de la organización de intelectuales y artistas de Cuba.
Sobre este aspecto, el asesor del presidente de la República de Cuba, Abel Prieto, miembro del Buró Político del Partido, enfatizó que los intelectuales cubanos debemos ganar respeto para la Uneac y “ganar respeto para las causas justas”, pero no se le puede imponer a este país, en las actuales condiciones objetivas, una Ley de Cine, la cual es necesario madurar aún más, tener resultados de diferentes legislaciones en otros lugares. Es preciso —dijo el también escritor— evaluar este asunto, sin guiarnos por estereotipos e informarnos y apoyar el proyecto sugerido por los realizadores de cine en la medida en que el grupo de trabajo ICAIC- Ministerio de Cultura, avance en este sentido.
Sobre las reiteradas propuestas de que la Uneac organice y asuma una asociación de locutores, el recién reelecto presidente, Miguel Barnet, dijo que los locutores de ahora no son como los de antes, sino que son comunicadores y la mayoría son periodistas y están en su derecho a crear una asociación de locutores, pero tal grupo debe crearse mejor bajo el amparo de la Unión de Periodistas de Cuba (Upec).
Se ha planteado en términos muy afirmativos —dijo— e impositivos este problema, y la Uneac tiene ya muchos frentes de trabajo y no debe de asumir esta nueva estructura que bien pudiera asumir la Upec.
Finalmente afirmó que la Uneac, en vez de crecer desmesuradamente, tiene que racionalizarse, hay que hacer decantación para que todo tenga el nivel que estamos pidiendo y entonces podamos decir que esta es una organización de vanguardia.