El pulso semifinal entre Industriales-Pinar del Río concluyó este fin de semana en tierra vueltabajera, con el triunfo 2-1 de los locales y la consiguiente clasificación a la final de la 53 Serie Nacional de Béisbol, en la cual chocarán con el equipo de Matanzas, ganador del otro penúltimo tramo sobre Villa Clara.
Tal y como se presagiaba, el partido fue muy diferente a los seis anteriores y tuvo un bonito duelo de lanzadores entre Vicyohandri Odelín por los azules y Erlis Casanova por los pativerdes, quienes exhibieron un dominio total sobre los bateadores, en lo que puede calificarse como sus mejores salidas en esta postemporada.
Sin embargo, los únicos fallos corrieron por parte de Odelín, al que en el cuarto episodio William Saavedra le pegó jonrón (su cuarto en estos play off), y más tarde, en el séptimo, David Castillo le empujó la carrera decisiva con hit al jardín izquierdo tras dos outs y corredores en primera y segunda.
La artillería industrialista volvió a enmudecer ¡y de mala manera!, al punto que solo fabricaron una carrera en el noveno inning, cuando Yulieski Gourriel se embasó por boleto, su hermano Lourdes bateó cañonazo al central y Rudy Reyes impulsó la única con otro imparable al izquierdo, todo frente a los novatos relevistas Liván Moinelo y Vladimir Gutiérrez.
Fue entonces que Urquiola trajo a Isbel Hernández, quien retiró a Yasmani Tomás en fly al jardín central, a Urguellés en otro elevado a la zona foul de tercera base y finalmente a Raiko Olivares en línea al izquierdo.
De esta manera se concretó una remontada histórica —perdían 1-3— para la tropa pinareña, que tuvo como principales credenciales un pitcheo abridor efectivo (Yosvani Torres par de veces y este sábado a Erlis Casanova), el bateo líder de Saavedra, David Castillo y Donal Duarte, dos relevos de leyenda de Julio Alfredo Martínez y sobre todo, una dirección que apeló a la unidad y la cohesión.
Analizar otras particularidades del séptimo partido no puede minimizar el triunfo pinareño. Otra vez falló el arbitraje en la jugada del industrialista Yasmani Tomás en home (fue quieto y decretó out), pero el corrido de las bases de los capitalinos no fue bueno en sentido general, en tanto el cambio de Yunieski Gourriel por Stayler Hernández en el octavo no convenció a muchos.
Del lado de los triunfadores, ponderar el apellido Casanova, pues Erlis ha tenido una temporada discreta en resultados, pero lanzó y ganó el “bueno”, el juego que necesitaban y esperaban sus compañeros y su provincia. Asimismo, el papel de los refuerzos Roel Santos, Giorvis Duvergel, Andrés Quiala, del lesionado Vladimir García y del recién incorporado Osmar Carrero, todos con una entrega envidiable a la dirección de Alfonso Urquiola.
Finalmente, las últimas consideraciones para el otrora segunda base de los equipos pinareños y de nuestras selecciones nacionales. Su regreso significó el retorno de la confianza, la sabiduría sencilla y la hermandad en un conjunto que apenas tiene cambios con respecto al que ganó bajo su mando la llamada Serie de Oro.
Urquiola todavía debe enfrentar a Matanzas, el mejor equipo de la serie sin discusión, pero sabe de sobra que la hazaña hecha ante Industriales pone a sus muchachos con una elevada motivación. El podio no se completará hasta dentro de una semana, aunque los azules de Vargas ya respiran insatisfechos un bronce que sus seguidores lo aplauden, aunque sangran por una herida que será muy difícil cerrar en mucho tiempo.