“Sabemos que la razón está de nuestra parte, pero para ganar necesitamos
un jurado de millones de personas en todo el mundo para dar a conocer nuestra verdad”.
Gerardo Hernández
Este sábado quedó inaugurada la instalación No agradezcan el silencio, realizada por el artista Alexis Leiva Machado (Kcho) en el edificio de Arte Cubano, del Museo Nacional de Bellas Artes. El domingo podrá ser visitada gratuitamente por el público que llegue antes de la cinco de la tarde, hora de cierre de la instalación.
La obra es una reproducción, a tamaño real, de la Unidad de Albergamiento Especial (Special House Unit), conocida como El Hueco, del Federal Detention Center (FDC), de Miami, donde permanecieron por 17 meses Gerardo Hernández, Antonio Guerrero, Ramón Labañino, Fernando González y René González, conocidos internacionalmente como los Cinco Héroes cubanos. Aquí es posible vivir la experiencia de estar encerrado durante 5 minutos en una celda de 15 por 7 pies que tiene ducha y baño incluido.
“Nada como experimentar en carne propia lo que significa El Hueco, por eso estoy seguro de que contribuirá a lucha por el regreso de nuestros hermanos Gerardo, Ramón y Antonio”, dijo Fernando quien fue liberado hace unos meses y asistió a la inauguración junto a su esposa y otros familiares de los Cinco.
La idea de hacer una obra de arte acerca del tema fue de René, el primero de los Cinco en cumplir su condena y regresar a la Patria. “Era preciso hacer algo que ayudara a romper el muro de silencio que se ha levantado sobre nuestro caso, fundamentalmente frente al público norteamericano”, dijo.
Miguel Barnet le sugirió emplazarla en Bellas Artes y en cuanto se acercaron a Kcho “abrazó la idea, saltó sobre ella y junto a sus amigos del Estudio Romerillo Laboratorio para el Arte construyeron esta magnífica obra” — reconoció René. “Estoy seguro de que nos ayudará en nuestro propósito de traer de regreso a Gerardo, Tony y Ramón. Gente como ellos necesitamos en Cuba y esa es una razón de más para traerlos”.
“Nuestro propósito no es inspirar odio ni venganza —comentó Kcho durante la inauguración—sino reflexionar acerca de un caso que sí es un acto de venganza contra Cuba, por haber construido un proyecto diferente en las propias narices de los Estados Unidos”.
Visiblemente emocionado, el artista contó a los asistentes que en la mañana había recibido una llamada telefónica de Tony (Antonio) quien le agradeció el gesto y le comentó de las acuarelas que estaba haciendo para “festejar” sus 16 años en prisión. “Y ahora tienes que hacer algo sobre el juicio”, le propuso.
“Por supuesto que haremos el juicio”, fue la respuesta del artista. “La energía de Tony y su confianza en la victoria fueron tan grandes que tenía que compartirlas con ustedes aquí”.
Minutos después, una vez concluido el protocolo de la apertura, el artista habló telefónicamente con Gerardo, quien desde su prisión en Victorville, estaba al tanto del suceso cultural.
Los antecedentes de esta obra de Kcho fueron ubicados por el artista en la que en 1999 hiciera para Casa de las Américas, titulada No me agradezcan el silencio: “Era un gran barco jaula, una cárcel, con cerca perles. En 1990 hice otra jaula que está en Bellas Artes y que también habla de la privación de libertad. Es un llamado a no ser cómplices de ese silencio que reina en las prisiones. Ese silencio es malo”.
Entre los asistentes a la ceremonia inaugural estuvieron el vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Miguel Díaz Canell; el ministro de Cultura, Julián González; el asesor del Presidente, Abel Prieto; el presidente de la Uneac, Miguel Barnet y otros. El programa incluyó dos acciones performáticas que incrementaron el realismo del ambiente carcelario que reproduce la obra y la actuación del coro Entrevoces que dirige la maestra Digna Guerra.