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Final inédita: Tabaco en la ciénaga

Yosvani Torres será el abridor de cabecera de Alfonso Urquiola. Foto: josé Raúl Rodríguez Robleda
Yosvani Torres será el abridor de cabecera de Alfonso Urquiola. Foto: josé Raúl Rodríguez Robleda

Cuando muchos se afilaban los dientes para una final azul-roja, la realidad mostró una sabiduría natural y merecida, pues el título de la 53 Serie Nacional de Béisbol lo discutirán desde este lunes en el estadio Victoria de Girón, los dos mejores conjuntos de toda la temporada: Matanzas y Pinar del Río.

Para la historia y los estadísticos quedará la remontada vueltabajera con tres victorias consecutivas sobre un Industriales al cual se les enfriaron los bates en las últimas 25 entradas (dos carreras y 15 hits), su pitcheo de relevo no respondió con acierto (quinto y sexto partido), en tanto el corrido de las bases y las jugadas tácticas pasaron del riesgo al conservadurismo sin términos medios.

A favor de los pinareños hay que destacar, en primer lugar, la cohesión, unidad y sentido de pertenencia lograda por un líder natural y sencillo como Alfonso Urquiola, un mentor arriesgado y de confianza ciega en sus muchachos. Y ejemplos sobraron: Erlis Casanova para el pleito final aunque no estuviera en su mejor campaña; Osmar Carrero y Julio Alfredo Martínez en rol de relevos para preservar triunfos decisivos.

No puedo dejar de mencionar a héroes imprescindibles como Yosvani Torres, William Saavedra y David Castillo, en tanto los refuerzos Giorvis Duvergel, Roel Santos y Andrés Quiala no solo defienden los jardines con maestría, sino que aportan su calidad a un “tsunami verde” que hoy arrastra una motivación similar a la vivida cuando ganaron la llamada Serie de Oro (2011).

Dos filosofías de juego diferentes

Yoanni Yera será el abridor por Matanzas en el primer juego. Foto: José Raúl Rodríguez Robleda

Desde que comenzaron los play off (1986) nunca se han enfrentado matanceros y pinareños, aunque sí compartieron podio en la XVI edición (1976-1977) cuando Citricultores (representando a la tierra yumurina) levantó el galardón y Vegueros (defensor de Vueltabajo) fue segundo; en tanto la fórmula se invirtió en la XXI versión (1981-1982) con el triunfo de los de la tierra del tabaco.

En esta campaña, los conocidos cocodrilos matanceros dominan el enfrentamiento particular (5-4) ante los pinareños, con cuatro de esos éxitos en su cuartel general del estadio Victoria de Girón. Solo dos de los nueve partidos se definieron en extrainning, con un triunfo para cada bando; mientras cinco choques se decidieron por margen de una o dos carreras.

El mejor lanzador de la Serie, Yosvani Torres salió airoso en par de partidos y un tercero lo dejó empatado a una, aunque el éxito se lo acreditó finalmente su compañero Isbel Hernández como relevista. Los triunfos matanceros han correspondido todos a lanzadores de segunda línea y su abridor de cabecera en la temporada, Yoanni Yera, ha tirado dos veces y carga con una derrota, al igual que los estelares Yoelkis Cruz y Joel Suárez.

¿Borrón y cuenta nueva a lo sucedido? La postemporada y una final —en especial—  asumen códigos diferentes, aunque los cuerpos de dirección miren con precisión y detenimiento lo sucedido en la etapa regular. La motivación de ambos conjuntos está muy alta en estos momentos, pero la condición de sede, la versatilidad e intensidad de juego que impone Víctor Mesa a sus muchachos, así como un cuerpo de lanzadores más descansado ofrecen cierta ventaja para imponerse en el inicio.

Con una filosofía de juego más reposada, pero no por ello menos táctica, Urquiola apostará por una victoria como visitante para llevar la serie empatada al Capitán San Luis. Mayor velocidad sobre las bases, más jugadas de corrido y bateo, un repunte feliz de Vladimir Baños y Erlis Casanova como abridores y una defensa que no titubee son atributos que, de salir bien, pudieran apagar las mordidas de unos cocodrilos deseosos de ganar tras 23 años de espera.

La obligación de ser justos desde la perspectiva más objetiva, concede a Matanzas la credencial de favorita, sin que se sienta campeón antes de jugar. Ojalá y el título de la actual serie se defina en el noveno inning del séptimo juego, con cero indisciplinas, arbitraje más certero y un espectáculo donde primen la fiesta y las iniciativas. Ambos territorios viven un ambiente beisbolero indescriptible, mientras el resto del país observa y toma partido.

¿Habrá tsunami verde en la ciénaga? ¿Llegará la mordida final de los cocodrilos?  ¿Urquiola o Víctor? La respuesta puede estar dividida, pero no se quede sin opinar. Es el más grave pecado hoy.

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