Por Ariadna Andrea Pérez Valdés, Ramón Barreras Ferrán, Manuel Valdés Paz y Yuneimys Silva Echevarria,
estudiante de Periodismo
Acercar la cantera a la obra constituye un viejo principio un tanto olvidado en los últimos tiempos por el desarrollo de las grandes industrias de insumos para la construcción. Las empresas del Poder Popular en los territorios retoman esta idea a partir de la implementación del programa de producción y venta local de materiales del Ministerio de la Construcción.
Buscar una mayor autonomía municipal en la fabricación de bloques, losas de pisos, tejas… y la disminución de los costos para hacerlos más asequibles a la población es uno de los objetivos del ambicioso proyecto que comenzó a ordenarse desde el 2011 en todo el país, coordinado por un grupo nacional.
Al respecto, el ingeniero Manuel Tomás Vázquez Enríquez, director del Programa Nacional de la Producción Local y Venta de Materiales de la Construcción, comentó que “las regiones con sus propios recursos deben ser capaces de abastecer los establecimientos del Ministerio de Comercio Interior (MINCIN); lo que es una ventaja porque permite formar los precios a nivel de territorio”.
El sistema se asienta fundamentalmente en el trabajo manual, el uso de materias primas locales y en el aprovechamiento de la energía renovable para la fabricación de los 118 renglones que se aspira a producir, entre los que sobresalen elementos de pared, cubiertas ligeras y pisos.
Según el informe de balance anual del MICONS 2013 se elabora un promedio de 105 líneas en todo el país. De ellas unas 56 se comercializan por el MINCIN. Vázquez Enríquez explicó además que el programa funciona sobre entidades administrativas de base, los trabajadores por cuenta propia, las cooperativas con encargo estatal, y de producción no agropecuaria.
“La tendencia es crecer en el sector no estatal”, puntualizó. “Contra esto atenta la falta de un mercado mayorista. Hoy los trabajadores por cuenta propia deben acudir a las tiendas de comercio minorista en busca de insumos para sus labores, lo que repercute en el costo de sus servicios”, agregó.
“Nuestra principal aspiración es lograr satisfacer todas las demandas de la población desde su propia comunidad, pero siempre privilegiando la calidad”, concluyó.
Acercar la cantera a la obra
Los buenos resultados de la empresa constructora del Poder Popular (Ecopp) en Holguín, la mejor de su tipo en el país según la evaluación del grupo nacional, están avalados, entre otros factores, por el incremento de la producción local, que le permite asegurar la secuencia constructiva con menos gastos.
El ingeniero Daniel Gimeno Oro, quien atiende esta actividad en la Ecopp, informó que cuentan con unidades, de mayor o menor envergadura, en los 14 municipios de la provincia, las cuales producen los elementos fundamentales para levantar cualquier edificación.
De esos talleres, bloqueras, tejares y molinos salen elementos de pared y piso para hacer unas mil 100 viviendas y ponerles baldosas a 500, cifras superiores al plan anual de la empresa, que asciende a 201 de estos inmuebles en el 2014.
“Para completar esas casas, precisó Gimeno, solo nos faltan las cubiertas requeridas, y ya dimos los primeros pasos, pues en Holguín, Rafael Freyre y Cacocum comenzaron a fundir viguetas, tabletas, losas canales y en breve lo harán en Urbano Noris, mientras que el próximo año se incorporarán otros cuatro municipios”.
Por delante tienen el reto de aprovechar todos los recursos disponibles en cada lugar para incrementar las producciones de bloques, ladrillos, áridos y mosaicos, y entregar más materiales al MINCIN para la venta a la población, encargada de edificar o reparar sus moradas.
En ese empeño las mayores potencialidades recaen en la contratación de los productores individuales de materiales, que en la provincia suman más de 2 mil, y la diversificación, como lo vienen haciendo en el establecimiento de Holguín, donde elaboran gran cantidad de bloques y mosaicos coloniales con materias primas del patio en lo fundamental.
La voluntad está en Numancia
Numancia es el nombre de una desaparecida población celtíbera (antiguo pueblo de los celtas), situada sobre el Cerro de la Muela, en Garray, cerca de la ciudad de Soria, en España, y también el de una fragata blindada que hizo el primer intento de devolver el país ibérico al círculo de las principales potencias navales a nivel mundial, a mediados del siglo XIX.
Pero también lo es del mayor centro de producción local de materiales para la construcción y reparación de viviendas en el municipio de Cienfuegos.
Impresiona sobremanera apreciar el esfuerzo que realizan los trabajadores de esta entidad, en su mayoría jóvenes, que ejecutan gran parte de sus labores manualmente.
En este centro, perteneciente a la Empresa Provincial de Mantenimiento y Construcción del Poder Popular de Cienfuegos, se producen más de 80 tipos de materiales, entre ellos: celosías, fregaderos, lavaderos, tapas para tanques, losas hexagonales, marcos de puertas, paneles del tipo Sandino, pintura a partir de la cal o la marmolina… Recientemente incorporaron dos renglones para techo en extremo importantes: las viguetas y plaquetas de hormigón. Pueden hacer allí 10 módulos mensualmente para igual número de viviendas.
Los bloques de hormigón constituyen su renglón principal. En una jornada de ocho horas pueden fabricar mil 200 en las dos líneas existentes.
Una vieja mezcladora procedente de la antigua Unión Soviética, quizás con más de 50 años, permite unir el cemento, la gravilla, la arena y el agua; con una pala echan el hormigón en los moldes de la vibradora, de donde son trasladados por las manos de los obreros hasta el patio de secado.
El plan establece la entrega de no menos de 20 mil cada mes, de los cuales unos 6 mil se ofertan en los puntos de venta a la población que administra Comercio.
William Luis Abreu, jefe de producción y del departamento técnico, explicó a Trabajadores que a pesar de las labores tan fuertes, el personal es bastante estable, sobre todo porque el pago está vinculado a los resultados y el salario puede calificarse de bueno, teniendo en cuenta la media de otros centros y sectores.
“Pero no tenemos estabilidad en el abastecimiento, sobre todo de los áridos, debido fundamentalmente a la falta de transportación en determinados momentos. Numancia ha estado parado hasta 15 días. Y sin embargo, siempre cumplimos o nos acercamos bastante a los planes, porque cuando tenemos todo lo necesario, intensificamos el trabajo, alargamos las jornadas y laboramos los fines de semana”, precisó William.
De lo que producen en Numancia depende en gran medida la marcha del programa de construcción y reparación de viviendas en Cienfuegos. De eso están muy conscientes sus directivos y trabajadores. Esa es una de las razones que los hace laborar con tanta voluntad.
Cada experiencia en la producción local evidencia el empeño, la dedicación y el ingenio que ponen a prueba día a día quienes apuestan por este proyecto; aunque falta por hacer para lograr producciones que satisfagan las necesidades reales de mantenimiento, reparación y construcción de viviendas y otras obras comunitarias. En el empeño por alcanzar la autogestión, sin perder de vista la calidad, ya se dan los primeros pasos.