Freddy Asiel Álvarez, lanzador del equipo nacional y del conjunto de Villa Clara, está en Cuba. Puede vérsele en el edificio donde vive en Vigía Sur, Santa Clara.
Ayer a las nueve de la noche estaba junto a sus vecinos; uno de ellos, cubano criollo, decía “parece que le han hecho un doble”.
El día anterior al terminar el juego con Matanzas fue visitado por varios integrantes del equipo de Villa Clara y la dirección de la provincia.
Soy testigo de que cuando aparece algún rumor para desacreditarlo Freddy calmado se sienta en el banco que está a la entrada de la escalera de la casa como diciendo: Mírenme.
Ayer en la noche me aseguró conteniendo la indignación: “Yo estoy aquí… como un cubano más”, y a la frase la acompañó un gesto masculino de convicción.
Sereno. Tiene una tranquilidad que asombra. Prefiere hacer silencio sobre ambos temas – la sanción y la supuesta deserción- y confiesa no querer hablar de estos asuntos. Sabe que vendrán nuevos campeonatos, nuevas metas, nuevos momentos de glorias…
A este muchacho lo he observado durante años porque es mi vecino más cercano. Siento que desde el episodio por el que fue sancionado injustamente lleva dentro una angustia contenida: lo he visto escuchar desde su balcón cada aplauso y cada jugada que se produce en el estadio Sandino, a solo tres cuadras de la casa.
Todo este tiempo se ha dedicado a jugar con sus dos hijos, llevar al mayor a la escuela, compartir con su esposa, esperar el panadero o el vendedor de pasteles, sentarse en el banco del primer piso a mirar el horizonte, esquivar los comentarios de cuanto transeúnte pasa sobre la medida aplicada. También oír música mexicana y soñar con los caballos que monta y que no oculta son su otra pasión.
Quienes intentan desacreditarlo y convertirlo en un instrumento mediático deberían ser más profesionales, verificar sus fuentes de información, comprobarlas antes de echar a rodar falsedades y embustes porque de esta manera pierden día a día credibilidad.
Freddy está aquí como un cubano más y sabe que tiene el apoyo de su pueblo que espera volverlo a ver lanzar y triunfar.