Una ley para más socialismo

Una ley para más socialismo

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Foto: Tomada de www.radiorebelde.cu
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Nuevamente Cuba dio una clase magistral del ejercicio democrático que caracteriza a sus procesos. La nueva Ley de la Inversión Extranjera, que fue aprobada por el voto unánime de los diputados a la Asamblea Nacional del Poder Popular este 29 de marzo, requirió la consulta, análisis, modificaciones y profundización de sus principales aspectos desde que constituía un anteproyecto.

No se conformaron los parlamentarios con haberla “desmenuzado en la base” y requirieron jornadas de trabajo antes de llevarla al debate en plenario. Sus argumentos enriquecieron el contenido de su sustentación legal y política, por lo que no fue extraño que hubiese pocas intervenciones en esa sesión, en un auditorio que posee cultura del debate.

Dos premisas tiene Cuba ahora: aplicarla correctamente y lograr que el pueblo la conozca. Los mecanismos para el primer objetivo están debidamente detallados en el texto de la propia Ley; para el segundo se requiere una estrategia de comunicación, cuyos actores principales son los delegados, los consejos populares, las asambleas provinciales y municipales, las comisiones de trabajo, sin desconocer el papel que nos corresponde a los medios de comunicación masiva. Hacia ahí apunta la clave del éxito.

Esta legislación contribuirá a la solución de las necesidades de Cuba para alcanzar un desarrollo próspero y sostenible (incluye la elevación del nivel de vida de la población); a través de ella se podrá acceder a financiamientos externos, tecnologías y nuevos mercados; insertar productos y servicios en cadenas internacionales de valor y generar otros efectos positivos hacia la industria doméstica.

Todos los cubanos no intervendrán directamente en la Ley, pero sí disfrutarán de sus beneficios; eso queda claro en varios de sus capítulos, esencialmente en los que abordan el destino de las inversiones, la creación de nuevas fuentes de empleo, así como el cambio de la matriz energética del país. La prioridad que da a la producción de alimentos, enmarcada en la sustitución de importaciones, tendrá un impacto en nuestra salud y bienestar.

Las inversiones serán autorizadas en todos los sectores, excepto en salud y educación, y en el caso de las instituciones armadas, solo podrán concretarlas en su sistema empresarial.

Una fortaleza del nuevo marco legal es la exigencia que hace a los órganos, organismos de la administración central del Estado y a entidades nacionales patrocinadoras de inversiones, de identificar y presentar al Ministerio de Comercio Exterior e Inversión Extranjera una cartera de oportunidades actualizada que viabilizará los negocios con las partes interesadas.

La Ley, que tiene un carácter eminentemente económico, no desvirtúa aspectos políticos trascendentales; respeta la soberanía e independencia de la nación y el beneficio mutuo; el cuidado del medio ambiente; ofrece máximas garantías a los inversores y reconoce la capacidad intelectual y productiva de la fuerza laboral criolla.

No va a haber libre contratación de los trabajadores; tanto los cubanos como los extranjeros residentes permanentes en el país, que presten servicios en las diferentes modalidades de la inversión extranjera, serán contratados por una entidad empleadora, y es esta la responsable de velar por los derechos de los trabajadores. Tal como reconoce el Artículo 27, en las inversiones extranjeras se cumple la legislación laboral y de seguridad social vigente en Cuba.

Las empresas mixtas, las que sean parte de contratos de asociación económica internacional y las entidades de capital totalmente extranjero pueden ser autorizadas a crear fondos de estimulación económica para los trabajadores nacionales y extranjeros residentes permanentes que prestan servicios en estas. La legislación reconoce los derechos de los cubanos que participen en la obtención de resultados tecnológicos u organizativos resultantes de innovaciones que aporten beneficios económicos, sociales y medioambientales.

Con apego a la política económica y social de la nación se ha hecho la Ley; remarca la importancia de continuar propiciando la participación del capital extranjero como complemento del esfuerzo inversionista nacional.

La participación de la inversión extranjera en nuestra economía no significa que vamos a entregar nuestras riquezas; como dijera la diputada Mirta Millán: “Se ha hecho para más socialismo, para preservar las conquistas hasta hoy alcanzadas”.

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