La huelga general contra la política económica y social del Gobierno del presidente Horacio Cartes, en Paraguay, se desarrolla desde las primeras horas de el miércoles.
Las seis centrales sindicales nacionales, organizaciones campesinas de todo el país, jóvenes de la Unión Nacional de Estudiantes y partidos políticos de izquierda respaldan la medida de fuerza.
Tres frentes principales aglutinan a la mayor parte de los participantes de esta huelga: la plenaria de Centrales Sindicales, la Federación Nacional Campesina y la Coordinadora Democrática, esta última formada por partidos políticos y organizaciones sociales. Sin embargo, todos coinciden en una serie de demandas dirigidas a lograr un cambio en el modelo hasta ahora aplicado por el gobierno, al cual califican de neoliberal y asociado a los grandes intereses económicos multinacionales.
Reclamos que unen a todos los sectores son la reforma agraria, la petición de derogación de la privatizadora Ley de Alianza Público-Privada, impulsada por Cartes, el aumento salarial del 25 %, mejoras en la educación y la salud pública y el cese de la represión en el campo.
La huelga culminará con una concentración multitudinaria en la emblemática Plaza de Armas frente al Congreso Nacional, escenario de numerosas protestas anteriores.
Aunque inicialmente el Gobierno intento minimizar la movilización, la convicción del nivel que alcanzará la protesta le obligó a designar una comisión encabezada por el vicepresidente de la República para instalar mesas de dialogo con los sectores protestantes a partir de mañana.
La comisión oficial está integrada, además de por el vicepresidente Juan Afará por 11 funcionarios con nivel de ministros y tendrá que enfrentar el planteamiento sindical y campesino de negociar la modificación de las decisiones adoptadas hasta ahora en las áreas económica y social.