Por Yuneimys Silva Echevarría, estudiante de Periodismo
Concebir el ahorro de electricidad como una obligación puede ocasionar, en el mejor de los casos, rechazo entre quienes disfrutan tener todas las luces prendidas y no entienden de horarios picos ni altas demandas.
Sin embargo, cuando conocemos la importancia de apagar un bombillo encendido innecesariamente, dar el “click”, pasa a ser una acción cotidiana de aporte a la economía familiar y del país.
Para conocer cómo marcha la labor en este empeño Trabajadores conversó con Yohanka Teresa Ribalta, directora de uso racional de la energía de la Empresa Eléctrica de La Habana.
“Como estrategia para elevar los niveles de ahorro tenemos el trabajo de los supervisores o inspectores energéticos, los cuales visitan diferentes centros estatales de la capital para determinar en ellos las potencialidades de ahorro. La labor ha sido provechosa, pues en este empeño detectamos más de 500 capacidades en el año 2013. Además ahorramos 9.3 GWh, cifra que representa más de 5 millones de pesos para el país.
“En el caso del sector no estatal realizamos visitas dirigidas a los clientes que presentan un consumo mayor a los 1000 kWh. Dichos encuentros pretenden controlar el uso innecesario de efectos electrodomésticos, brindar asesoramiento en el empleo de equipos eficientes y evitar que ocurran hechos delictivos”.
Paralelamente la Empresa se apoya en las organizaciones políticas y de masas y en los pioneros a través del Programa de Ahorro de Electricidad del Ministerio de Educación. Entre las principales actividades que realizan destacan el desarrollo de los círculos de iInterés, la celebración del día del ahorro en las escuelas primarias y los Barrio Debate.
“En el presente año pretendemos poner en marcha el programa Yo ahorro energía ¿Y tú?, para lo cual aspiramos contar con el apoyo de la Federación de Mujeres Cubanas, pues estará dedicado específicamente a las amas de casa”.
Ribalta expresa, además, que otras de las estrategias encaminadas al ahorro es el empleo de fuentes alternativas de energía como los molinos de viento y calentadores solares, ubicados en entidades pertenecientes a los organismos de educación, salud, turismo y otros.
También destaca el establecimiento, control y uso de la bitácora en centros laborales con un consumo mayor a 3000 kWh, medida adoptada desde el pasado año y que ya reporta beneficios.
“En este documento debe reflejarse todo lo que acontece en las empresas en materia energética, entiéndase consumo, autolecturas y autoinspecciones diarias, como vías para conocer el grado de efectividad del plan de ahorro. Es importante que en el escrito aparezcan las deficiencias del lugar así como las estrategias para erradicarlas ya que nuestro objetivo es que cada institución sea capaz de controlarse con el rigor necesario.
“Otras de las resoluciones emitidas para garantizar el uso racional y eficiente de los portadores energéticos es la correlación: índices de consumo de los equipos –nivel de actividades. Esto permitirá reajustar la asignación de los planes a partir de los resultados de la comprobación”.
Para Yohanka el ahorro de la energía se gana en la base con el apoyo puntual del hombre. Se trata de aunar esfuerzos para llegar a cada trabajador, ama de casa, jubilado, es un asunto que compete a todos.