No siempre cuenta a tiempo con todos los aseguramientos, ni dispone de la cabal generosidad del clima, la campaña agroindustrial del tomate en Cuba, que este año le falta el punto de sazón adecuado para una mayor presencia del vegetal en la mesa y en la fabricación de condimentos que sustituyen importaciones.
Primero, las lluvias dañaron semilleros y plantaciones en el último trimestre del 2013. Luego, el calor disminuyó los rendimientos y estimuló la aparición de plagas y enfermedades, en el momento que era insuficiente la disponibilidad de productos para fumigar, por lo que se registraron pérdidas en varias provincias.
En Ciego de Ávila, que realizó el pasado año la mayor zafra tomatera del país, campesinos del municipio de Majagua tuvieron que demoler, antes de la actual contienda, 18 hectáreas (más de una caballería) para someterlas a un nuevo proceso de siembra. Los daños rebasaron el 70 por ciento de los plantíos de esa localidad, según los resultados de un control estatal provincial.
Ahora, en la etapa pico, le salen los achaques a la casi sesentona fábrica de conservas de dicho municipio. Su colectivo trabaja duro, pero el concentrador de la materia prima en proceso, es unos de los causantes del tiempo perdido por roturas, como si le negara la posibilidad de hacer una gran temporada como la anterior que superó las 11 mil toneladas molidas, el mayor volumen de los últimos 32 años.
Sin embargo, al 60 por ciento se comportaba el plan de recepción del producto del 10 de enero al 16 de marzo últimos, cifra que representó 2 mil 943 toneladas menos. La producción terminada fue de solo 725 toneladas de tomate concentrado al 20 %, destinadas a la comercialización en latas y a granel.
Cuando la zafra comenzó a “desteñir” en esa industria, con un plan total de 10 500 toneladas, en el combinado industrial de Ceballos arrancó una moderna línea con capacidad para fabricar en ocho horas 9 mil 400 latas de pasta de tomate.
Esa cantidad se multiplica en la actualidad, pues funcionan dos turnos en la fase pico, gracias también a la puesta en marcha de un concentrador de avanzada tecnología que eleva a 24 grados brix el contenido del producto terminado. Anteriormente, a 6 grados no podía ser enlatado todo el volumen producido.
Son estos los frutos de un proyecto de cooperación con la República Bolivariana de Venezuela, mediante el cual el Gobierno cubano ha priorizado esas inversiones en el territorio avileño, con vistas a concentrar los recursos donde puedan generar beneficios al menor plazo.
No obstante, se estima que ese coloso no pueda triturar antes de mayo venidero las 18 mil toneladas planificadas, debido, en lo fundamental, a las adversidades en la agricultura antes mencionadas.
Ha sido, por hache o por be, pero está aún “pintona” la zafra tomatera, según el comportamiento de ambos centros que llevan el mayor peso del procesamiento industrial, correspondiente al programa provincial.
Tampoco “madura”, ni antes ni después de echar a rodar la cadena productiva, el importe de las conservas. Nunca están a la venta acordes con su costo de producción, pero sí permanecen a precio de “oro” en los mercados y Ciego de Ávila no es la excepción a lo largo y ancho de Cuba.
Foto única: La campaña 2014 no tiene el color vivo, ni el delicioso sabor de la ensalada. (Foto: Nohema Díaz Muñoz)