Aunque los Otamans de Ucrania barrieron el último sábado a las Águilas alemanas (5×0 peleas), en la ciudad de Frankfurt, todavía restan por decidirse dos topes de cuartos de final en la corriente IV Serie Mundial de Boxeo de la AIBA.
Los ucranianos (25 puntos) alistaron a varios estelares —Mykola Butsenko (56 kg), Denys Berinchyk (64), Siarhei Karneyeu (91) y Dmytro Mytrofanov (75)— y ascendieron a la cúspide del grupo A, al menos hasta el venidero miércoles, cuando se midan en Argel los elencos Trueno de Italia (23 pts.) y Halcones del Desierto (ALG).
En esa propia jornada, pero en Moscú, los Domadores de Cuba defenderán su invicto ante Rusia, en pos de igualar la hazaña de Fuegos de Bakú en la temporada 2011-2012, cuando los azeríes ganaron sus diez matches y sumaron 30 unidades. Sin embargo, “la encerrona moscovita” está planteada y no será fácil la tarea para los fajadores de Rolando Acebal.
Gerardo Cervantes (52 kg) debe batir al novato Bakhtovar Nazirov; Lázaro Álvarez (60 kg) pudiera ser exigido por Adlan Abdurashidov (10-4); Arisnoydis Despaigne (69 kg) asistirá a un tenso duelo frente al bronce olímpico Andrei Samkovoi; Julio C. La Cruz (81 kg) seguro triunfa sobre Nikita Ivanov; y Yoandi Toirac la tendrá difícil versus Maxim Babanin (3-1), quien ha propinado dos KO en esta edición.
Solo al finalizar estos compromisos se conocerán todos los pareos del primer play off. Hasta el momento están confirmados los duelos Domadores ante Nocauts (EE.UU.) y Promesas de Astana (KAZ) frente a Águilas alemanas, con vaticinios favorables a los primeros.
Si nos atenemos a la lógica, el resto de la película debe escribirse como sigue: Italia derrota a Argelia, lidera la llave A y se cruza con Azerbaiyán. Rusia le arranca al menos un punto a Cuba, asciende al tercer escaño del apartado B y pacta un duelo a muerte contra Ucrania.
Por supuesto, pueden surgir resultados diferentes a los aquí vaticinados —y ello modificaría los cruces—, pero no avizoro grandes sorpresas ni algún tope arreglado. Para esto último habría que adivinar demasiadas cosas, pues ambos compromisos comenzarán casi al unísono, a miles de kilómetros de distancia.
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