Con autoría para un profesional equipo de la Casa productora Mundo Latino, la obra fue expuesta en la sesión que inició las jornadas finales del XX Congreso de la máxima organización sindical cubana (CTC), en la cual los delegados se reunieron en casi una veintena de sedes, para intercambiar con los dirigentes de sus respectivos organismos de la administración central del Estado.
El documental es también un homenaje a los líderes y mártires de la clase obrera en la isla y una clase didáctica de momentos cumbres de una historia pasada y reciente, que debe mantenerse viva. Buen momento para recordar los inicios de un quehacer de luchas por mejoras laborales, que continúan luego del triunfo revolucionario del primero de enero de 1959, aunque no en las calles y por elementales derechos ciudadanos, sino por comenzar a construir una sociedad mejor, con la participación decisiva de los trabajadores.
Así se repasa el XI Congreso de la CTC, el primero que se realiza en Cuba socialista, con la presencia del Comandante Fidel Castro Ruz, entonces Primer Ministro. En él fue elegido secretario general el legendario Lázaro Peña, cuya efigie y una de sus frases acompañó los encuentros de este jueves: “El sindicato, para ser fuerte, debe tener en su seno a todos los trabajadores y no solo a los más revolucionarios, tiene que actuar con criterio propio, tiene que hacerse sentir como el representante de todos los trabajadores para tener autoridad moral, para exigir deberes y derechos”.
Huelgan los comentarios para pensamiento tan claro de quien se ganó el apelativo de Capitán de la clase obrera. Nacido el 29 de mayo de 1911 en La Habana, desde sus comienzos como trabajador se integró a las protestas obreras contra los bajos salarios y el maltrato. Fue tan intensa su participación, que a finales de 1929 se incorpora a las filas del clandestino Partido Comunista, e intervino activamente en la organización de los trabajadores para luchar contra la dictadura del gobernante de turno, Gerardo Machado.
Su batallar es infatigable en la defensa del proletariado por la reivindicación económica y social. Por ello en 1934 fue promovido al cargo de secretario general del Sindicato de Tabaqueros y designado miembro del comité ejecutivo de la Confederación Nacional Obrera de Cuba, cuya dirección asume un año después.
Los historiadores concuerdan en que su guía certera en la unidad y reconstrucción del movimiento sindical permitió reorganizar y hacer crecer las filas del proletariado cubano. Estos esfuerzos dan sus frutos con la celebración del Congreso Constituyente de la CTC en 1939 y el 28 de enero del propio año se celebra el primer Congreso Nacional, que deja constituida la Confederación de Trabajadores de Cuba, de la cual Lázaro Peña pasaría a ser su secretario general.
Otro aporte importante en la vida de este incansable luchador resultó la creación de la Confederación de Trabajadores de América Latina, con sede en México. Además, estuvo entre los fundadores de la Federación Sindical Mundial, donde ocupó cargos.
Quiso la casualidad que su deceso ocurriera en el mismo mes que nació, pero el día 11 del año 1974. Por sus ideas y ejemplo, el XX Congreso es también suyo. Y como dijera, en su sepelio, el líder de la Revolución cubana Fidel Castro “(…) No venimos propiamente a enterrar a un muerto, venimos a depositar una semilla”.