Foto: César A. Rodríguez
La problemática de los salarios y los sistemas de estimulación por los resultados de la producción estuvo entre las más debatidas en la Comisión dedicada a la batalla por la eficiencia económica y las acciones del movimiento sindical para su materialización.
Entre los planteamientos más interesantes estuvieron los de Ricardo Amir Herrera, secretario del buró sindical del Centro de Inmunología Molecular y Aniel Sánchez, al frente del sindicato en el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología, quienes expusieron lo que a su juicio frena la aplicación de fórmulas aprobadas para elevar los ingresos de los trabajadores.
Durante el 2012 ambos centros lograron utilidades, pero no pudieron repartirla entre sus trabajadores porque no constituyen una entidad en Perfeccionamiento Empresarial, “aunque nuestra eficiencia es mayor que muchas de estas”, indicaron.
Entre las condicionantes para repartirla, la Resolución 244 del 2013 refiere que la correlación entre el ingreso medio y la productividad del trabajador sea inferior a 1.
“Ese elemento conspira contra centros que tengan la eficiencia nuestra ─resaltaron─ pues vincula el indicador de salario al ingreso. Para nosotros el margen como resultado de esa correlación es muy pequeño por lo que nos resultaría imposible cumplir esa condición”.
Aseguraron que en el caso de los centros biotecnológicos, mientras más inviertan ─algo impostergable en su caso─ menos dinero tendrían para estimulación salarial, pues precisamente, esa inversión eleva el nivel de gastos. “Eso es contradictorio, pues la ciencia está obligada a invertir mucho; de lo contrario nos quedamos atrás.»
“Centros menos eficientes que nosotros ─agregaron─ sí pudieron repartir parte de sus utilidades, a pesar de que el pasado año fuimos los primeros en el país en cuanto a creación de bienes exportables, de ahí que pensamos que, en el caso de Biocubafarma, puedan aplicarse determinadas normativas salariales ya aprobadas.
“Es que el salario estimula la productividad y la estabilidad laboral. Un buen científico no se logra en un año o en dos, hace falta tiempo, por lo que es necesario mantener esa fuerza allí, que no fluctúe”, afirmaron finalmente.
