Parecerá una afirmación innecesaria, pero sin más caña no habrá más azúcar ni derivados. Y vale la pena repetirla, porque si bien es cierto que el “oro verde” gana atracción entre los productores, aún son insuficientes los resultados y la economía, en el empeño de transformarse y mejorar, necesita de campos más poblados y de mayor cantidad de toneladas por hectárea.
Ese fue uno de los temas principales tratados ayer en el encuentro de los delegados al XX Congreso de la CTC, pertenecientes al sector azucarero, y las direcciones del grupo empresarial Azcuba y el sindicato del ramo.
Al explicar la estrategia de desarrollo definida a partir de los Lineamientos, José Carlos Santana, vicepresidente de Azcuba, afirmó que producir caña tiene hoy un mejor margen de ganancia y por lo general, está garantizado el llamado paquete tecnológico, por lo que resulta atractivo.
Pero por otro lado, se han incumplido las inversiones concebidas en ese tipo de agricultura entre los años 2011 y 2013 y en las zafras no se muelen todas las toneladas posibles, por razones diversas, entre otros problemas.
Por tanto, hay que sembrar más, sobre todo desde noviembre y hasta abril; buscar alternativas de riego para beneficiar las áreas; liberar mayor número de áreas infectadas hoy de marabú y dar mayor prioridad a la resiembra, entre otras acciones imprescindibles.
Delegados conocedores del complejo mundo de la producción cañero-azucarero intervinieron sobre temas diversos. Por ejemplo, Juana María Blanco, Heroína del Trabajo de la República de Cuba y productora espirituana, puso un ejemplo claro: “Yo quise sembrar 13,42 hectáreas en enero y me dijeron que estaba ‘loca’, porque la caña tenía plena madures. Como soy atrevida lo hice y al pasar el tiempo pensé que había perdido el campo. Pues no fue así. Germinó y con qué fuerza. Hoy es impresionante la población y el rendimiento. Con la caña no se puede tener miedo”.
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