Arian Duvergel Arjona no tiene aún el carisma de los líderes sindicales pero sí la juventud donde se forjará su incipiente vocación; a primera vista parece un estudiante, mas la profundidad de su diálogo y el conocimiento sobre la empresa y los problemas que afectan a los trabajadores de El Cangre avalan su elección como delegado al XX Congreso de la CTC.
Y no es un delegado cualquiera, sino el más joven que asiste al cónclave, pues acaba de cumplir 22 años y hace más de uno que es secretario del buró sindical de la empresa genética bufalina de Güines; antes lo fue de la sección sindical de la granja Cinco Palmas, de la propia entidad, donde “el muchacho” se desempeña como técnico veterinario.
“Los trabajadores me eligieron y trato de responder a sus expectativas. El Congreso es la oportunidad para debatir sobre la insatisfacción que tenemos con los sistemas de pago, la estimulación y las condiciones de trabajo.
“El salario es muy bajo respecto al esfuerzo y la producción que se logra en El Cangre. Muchos vaqueros plantean en las asambleas de afiliados que no es fácil levantarse a las dos o las tres de la madrugada, entregar altos volúmenes de leche de búfala, hacer las labores agrotécnicas, cortar y repartir comida a los animales y arreglar las cercas para cobrar 127 pesos a la quincena. Están vinculados pero la mitad de las utilidades se entrega a la granja y de lo que queda les hacen muchos descuentos.
“Tampoco hay estímulos suficientes. La empresa posee dos casas en la playa donde descansaban los trabajadores, pero ahora dicen que nos las van a quitar. Los 22 técnicos de mi granja atendemos a cinco lecherías cada uno y nos trasladamos a pie entre una y otra diariamente. Los que trabajan más lejos tienen que pagar el pasaje a los camioneros para llegar hasta estas.
“Todas nuestras unidades productivas son estatales, y nos faltan trabajadores para completar las plantillas; las paladares y otras modalidades del cuentapropismo imponen una fuerte competencia, porque aunque las labores sean difíciles nunca lo serán más que en una empresa pecuaria. A pesar de estos inconvenientes, los debates más fuertes en nuestras asambleas se relacionan con la producción; el país necesita más leche y más carne”.
Después de la experiencia que aportará el XX Congreso para Arian, lo espera un curso en la escuela de cuadros Lázaro Peña y una vida para entregar ¿a la veterinaria o al movimiento sindical?