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Cuba tiene sed de Aguas como Varadero

Noel Montero prepara las condiciones para luego trabajar en una de las tuberías de la planta de residuales Hicacos, donde salvan una parte del agua para su reutilización en áreas verdes. Foto: Noryis.
Noel Montero prepara las condiciones para luego trabajar en una de las tuberías de la planta de residuales Hicacos, donde salvan una parte del agua para su reutilización en áreas verdes. Foto: Noryis.

Pareciera que Noel Montero, él por sí solo, bastaría para evocar la excelencia  en el desempeño de la Asociación Económica Internacional (AEI) Aguas Varadero, una empresa donde se reconoce al plomero como su “caballo de batallas”.

Así dicen del obrero siempre dispuesto para las complejidades fortuitas, para el “trabajo grande, el clásico emergente”, del hombre de 46 años quien con su ruidosa mandarria golpea sin piedad la ancha tubería plástica.

Busco en vano una sombra, una burla al Sol intenso que baña la planta de residuales Hicacos,  en lo remoto del principal balneario cubano. La ciudad turística que crece en ese entorno, sería un tormento sin manos como la de Noel.

Hace muy poco, el mismo día que en Aguas Varadero esperaban la Bandera XX Congreso de la CTC, tuvo que salir corriendo. “Una retroexcavadora había partido la conductora principal, rotura que si no la coges rápidamente, es mucho lo que se forma en los hoteles: quejas, afectaciones al servicio.

“Nos perdimos ese importante momento, porque nos explicaron que la Bandera llega a centros destacados. No pudimos estar, pero cumplimos con nuestro trabajo”, confiesa.

Noel es regla, no excepción

Varias veces vanguardia nacional, Noel es regla y no excepción en un colectivo donde la eficiencia comenzó a gestarse el mismo primero de enero de 1995, fecha del inicio oficial de las operaciones de la AEI, fruto de la alianza entre el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos y la Empresa CANARAGUA S.A, perteneciente al grupo Aguas de Barcelona (AGBAR), de España.

A 19 años de un contrato que asegura la gestión del ciclo integral del  agua en Varadero,  la eficiente administración, operación y comercialización de los servicios de acueducto, alcantarillado y drenaje pluvial, redujeron drásticamente el consumo, especialmente en el sector residencial.

Baste significar medición del líquido que llega a los usuarios, el 98 por ciento de los cuales posee el servicio metrado, lo que impone su racional uso, a lo que se suma la utilización de modernos equipos detectores de fugas en las redes.

El Premio Nacional de Medio Ambiente justifica su celosa postura a favor el entorno, lo que explica, por ejemplo, reutilizar el agua luego del tratamiento recibido en las plantas de residuales, una parte de la cual emplean para regar áreas verdes, un uso ya tradicional en sitios como el campo de golf.

Premio Nacional de la Calidad en dos ocasiones, Vanguardia Nacional en 16 oportunidades y  Bandera de Proeza Laboral, son reconocimientos afincados en un concepto clave: “Cada hombre y mujer aquí conoce su responsabilidad en la dinámica de la empresa. La gente sabe que el éxito radica en todos, no en unos pocos”, asegura Hermes Rafael Rodríguez, secretario de la sección sindical.

“Disciplina y actuar consciente de los trabajadores es nuestra fórmula ganadora y forja de un auténtico sentido de pertenencia, razón de la excelencia conseguida en el cumplimiento de nuestro objeto social”, confiesa el sindicalista, otrora instructor del Partido en el municipio de Cárdenas, donde se ubican Aguas Varadero y sus dependencias.

Rafael Rodríguez está convencido del gran rango que la empresa concedió siempre a sus asambleas de afiliados, un espacio vital en la concepción de que el aporte es más inteligente si en vez de excluir, incluye a la mayoría de los trabajadores en la búsqueda de soluciones, una visión participativa ineludible en la modernidad cubana, a la que aquí “se echa manos sin complejos ni remilgos”.

Muchos quieren entrar, pocos se van

De los 50 años de Guillermo López Hernández vinculados a entidades del sistema hidráulico, los últimos 19 pertenecen a la AEI, de la que se reconoce como legítimo fundador.

López Hernández padece una sordera que para nada lo limita, todo lo contrario, es uno de los aniristas más activos, reconoce el presidente del comité de innovación y racionalización (CIR), Ariel Campos Rodríguez,  mientras el veterano inversionista revela lo estimulante de ser parte de un lugar donde se respeta y valora a las personas por la valía de sus aportes.

El joven Yarián Quintana Hernández, especialista de atención a la población, asegura que allí  existe un genuino orgullo por lo óptimo, un deseo de hacerlo todo bien.

“Esta es la empresa que me gusta, el sitio donde existe un consejo de dirección que se sienta a pensar frente a una mesa de trabajo,  empresarios de verdad, un equipo listo para hacer negocios, que busca soluciones que introduzcan mejoras. ¿Lo peor? La falta de libertad para materializar esas brillantes ideas. Sin facultades que resuelvan asuntos esenciales, terminan dañándose empresas como estas, muy limitadas para la toma de decisiones”.

Un asunto que corrobora el ingeniero Domingo Ferraz, suficiente conocedor de los sufrimientos vinculados con tópicos como las importaciones, algo que le está negado a la AEI, al no poseer licencia para traer del extranjero, por ella misma y en plazos cortos, equipos, medios, piezas indispensables para el servicio.

El presidente del CIR, Campos Rodríguez,  menciona las innumerables veces en que han resuelto esto o aquello, “porque cuando surge una avería no podemos esperar por el largo camino de 10 o 12 meses que recorre una pieza. Año por año el talento aporta 15 o 20 relevantes soluciones”.

Eficiencia incrementada, ingresos detenidos

Los estándares con los que funciona Aguas Varadero resumidos están en la implantación de un sistema integrado de gestión que ha logrado certificar la calidad, la seguridad y salud del trabajo, y en el 2012 se convirtió en la primera empresa cubana, la primera de América Latina y la cuarta del grupo AGBAR en obtener la certificación ISO 22000-2005, por brindar un agua inocua y de eleva calidad.

Sin embargo, lo más llamativo en el orden económico, apunta la directora de Contabilidad y Finanzas, Eneida García Biart, son los más de 105 millones de moneda libremente convertible tributados desde la fundación de la AEI al INRH, una de las misiones que tiene Aguas Varadero y cuyos aportes han beneficiado a la población con la construcción de acueductos.

En cambio, acota, resulta opinión total que los ingresos de los trabajadores no han experimentado un crecimiento proporcional a los millonarios ingresos de la AEI, “una insatisfacción que hemos solicitado analice el país, porque no podemos seguir ganando casi los mismos salarios de cuando surgimos. Son bajos los ingresos en relación con los valores que creamos”, advierte García Biart.

“Por lo pronto, prometen por aquí, que la excelencia seguirá siendo la principal fuente de abasto de los hombres y mujeres que hacen de Aguas Varadero la empresa cubana que exige los Lineamientos del Partido, esa de las que el Estado nunca prescindirá.

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