Por: Vi Tran Kim Tuong y René Camilo García Rivera, estudiantes de Periodismo
Catorce veces cambió de manos Santa Lucía antes de su independencia: siete ocasiones bajo dominio francés y otras siete bajo potestad británica, hasta que el 22 de febrero de 1979 por fin se alzó al mundo como Estado soberano. Su vecina Granada también corrió una suerte parecida, y entre el Reino Unido y Francia se repartieron todo el pasado colonial del país caribeño.
Será por eso que la Excelentísima Señora Claris Charles, embajadora de Granada en Cuba, refirió ayer lunes durante el acto de celebración de la independencia de su país y Santa Lucía en el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP), en esta capital, que “la independencia es un viaje sin destino final”, y que “nunca nadie ha sido verdaderamente independiente, sino –como ellos- interdependientes”.
La diplomática, quien vestía atuendos con colores representativos de la bandera de su país, enfatizó el interés de Granada por la integración regional, pues consideró que “no podemos sobrevivir si no es con la solidaridad de los amigos”.
Especial reconocimiento otorgó a la ayuda de Cuba a su pueblo, sobre todo en lo referente a la preparación de personal y al desarrollo de infraestructuras.
“Cuba ha construido nuestro aeropuerto, que es la punta de lanza de nuestro progreso, y ha estado con nosotros luego del paso de los huracanes Iván y Emery”, aseveró.
Igualmente el Excelentísimo Señor Charles Isaac, embajador de Santa Lucía en Cuba, se refirió a la integración regional como la principal apuesta de su país en la lucha por el desarrollo. “No puede existir independencia sin interdependencia y solidaridad”, sostuvo.
Santa Lucía se ha integrado a bloques alternativos de cooperación durante los últimos años, como es el caso de la Alianza Bolivariana para Nuestros Pueblos de América (Alba), en el 2013, y a la iniciativa de Petrocaribe, en el 2005.