El 11 de febrero de 1979 la revolución islámica iraní conducida por el Ayatollah Imán Ali Jomeini derrocó la sangrienta tiranía del Sha Mohamed Reza Pahlevi, fiel aliado y servidor de los intereses geopolíticos imperialistas en la nación persa y en toda la región.
En el aniversario 35 del histórico acontecimiento el doctor Ali Chegeni, embajador de la República Islámica de Irán en Cuba, reflexiona sobre la trascendencia y las transformaciones a que dio lugar aquella rebelión en su milenario país.
“El triunfo de la Revolución es considerado un logro trascendental del gran movimiento popular encabezado por Jomeini. Este suceso transmitió al mundo un mensaje de justicia y resistencia que contribuyó a las aspiraciones de emancipación de todas las naciones, al respeto a los derechos humanos.
“Para alcanzar la verdadera independencia y llevar adelante su justa causa, nuestro pueblo ha tenido que pagar un alto precio y sufrir innumerables sanciones impuestas a la nación por algunos Gobiernos, pero después de más de tres décadas de enfrentamiento a estas dificultades y altibajos en su avance, Irán se encuentra hoy en la cúspide de su posición como nación independiente. La libertad que disfrutamos en nuestro país se sustenta en la participación de todos los ciudadanos en la toma de decisiones, en la defensa de la Revolución y en el respaldo a su sistema social y a sus líderes”.
A pesar de los años de guerra impuesta y de las injustas sanciones unilaterales de Occidente, hoy día Irán se considera uno de los países más avanzados del área en diversos campos de la industria y los servicios.
Chegeni señaló que tal como ha expresado el presidente Hassan Rohani en el reciente Foro Mundial de Davos, la República Islámica exhibe hoy progreso, estabilidad y un buen índice de desarrollo humano dentro de la región, que le ha permitido cooperar con los países vecinos en una amplia gama de asuntos, tales como la protección del medio ambiente, la seguridad de las instalaciones nucleares, el desarrollo del comercio y de proyectos económicos conjuntos, la prevención de catástrofes humanitarias, la seguridad del golfo Pérsico y la lucha contra el terrorismo.
“Otro de los grandes logros del proceso revolucionario en los últimos años es el desarrollo científico y tecnológico, al que los jóvenes han hecho notables aportes. Esa victoria dio la oportunidad a la fuerza juvenil de poner en práctica su capacidad y su creatividad en diversas esferas de la ciencia y la técnica y en la ejecución de planes en función de la mejor administración del país y en la solución de sus necesidades internas”.
Al respecto el diplomático subrayó que en la actualidad varios millones de estudiantes cursan estudios universitarios en distintas disciplinas y que de ellos más del 60 % son mujeres. Destacó asimismo que los notables avances en el campo de la salud, la biotecnología, el desarrollo de la nanotecnología y de métodos terapéuticos, junto a la fabricación de medicamentos y de nuevos productos recombinantes, marchan a la par de los obtenidos en la industria, la agricultura, la generación de electricidad, la producción de alimentos, la extracción de petróleo y gas, y de otros importantes rubros económicos.
En referencia a estas transformaciones sin precedentes, citó el desarrollo del programa espacial, incluyendo la construcción, el lanzamiento y despliegue exitoso de los satélites Zahre y Nahid en la órbita terrestre y calificó como gran contribución la brindada en el uso pacífico de la tecnología nuclear y sus beneficios en el desarrollo científico y tecnológico de la República Islámica de Irán.
Aludió a las buenas relaciones bilaterales mantenidas con Cuba desde el inicio mismo de la Revolución Islámica, como expresión de una política exterior basada en la amistad, la paz, el impulso conjunto al desarrollo económico y el bienestar de los pueblos.
“En la arena internacional Irán y Cuba han adoptado siempre posiciones comunes. En la Asamblea General de la ONU votamos por poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos a la isla.
“Los pueblos de Cuba e Irán poseen causas comunes, así como una historia similar en lo que respecta al enfrentamiento contra la ambición de las potencias imperialistas”, concluyó.