Isla Margarita.- Con el más abultado marcador en sus tres presentaciones (9-2), la selección de Villa Clara salió del estadio Nueva Esparta con un tercer revés consecutivo que puede costar –está costando- la clasificación a la etapa semifinal de la 56 Serie del Caribe.
Narrar lo sucedido puede resumirse en estrepitosa salida del abridor Yasmani Hernández en la segunda entrada, ofensiva arrolladora de doce indiscutibles de los Tigres de Licey (marcaron carreras en los cuatro capítulos iniciales), pitcheo casi hermático del estadounidense Jon Leicester (solo permitió tres hits en siete episodios), y otra vez el ánimo caído en la tropa de Ramón Moré ante la superioridad de un béisbol que nunca habían visto.
No fue este un partido en el que el pensamiento táctico del director cubano se pusiera a prueba, en tanto sus relevistas repitieron una y otra vez la tesis increíble e inadmisible para este tipo de nivel: en dos strikes y una bola, lanzamiento siempre al medio y en un 99 por ciento recta, la mejor arma si sobrepasa los 95 millas, pero bateable por estos jugadores profesionales.
Es cierto que se movió la alineación cubana, pero algunos cambios fueron forzosos – Yuniet Flores dejó la titularidad de primer bate (llevaba de 9-4) por una lesión en su dedo derecho- en tanto otros respondieron más a darle juego a sus campeones Andy Zamora, Yeniet Pérez (entró en el quinto por Yulieski), Alaín Sánchez y Edilse Silva, este último en un slump ofensivo evidente.
Con esta tercer caída, los villaclareños solo les queda ganarle a los Indios de Mayagüez, de Puerto Rico este jueves y esperar por una derrota de los boricuas en el cierre de la ronda clasificatoria con los Navegantes de Magallanes. Es decir, ni siquiera una imagen positiva contra los boricuas garantizaría seguir vivo en el torneo más esperado de las bolas y los trikes en la región.
Para este martes no queda otra que volver a darle la bola a Freddy Asiel Álvarez en pos de una apertura mejor que la protagonizada contra los Naranjeros de Hermosillo, y por supuesto, apostar al juego más ofensivo posible desde el capítulo inicial. ¿Es pedir mucho para un conjunto que se ha visto ansioso en el terreno? ¿El invitado se irá de la fiesta sin validar una rica historia de siete títulos en doce salidas, aunque fueran de 1949 a 1960?
La no asistencia del mentor Ramón Moré a la conferencia de prensa al término del partido (muy criticado por todos los colegas) impidió conocer su valoración sobre la estrategia para este último compromiso de las preliminares. Sobre las lecciones, interioridades, desaciertos, enseñanzas y frustraciones de esta participación habrá que escribir pronto.
Por el momento, estamos contra la pared y si los milagros existen, hará falta que lleguen este martes al estadio de esta ciudad y saluden a nuestros peloteros.
