En un breve intercambio con parte de la prensa cubana acreditada a esta edición, el dirigente se mostró complacido con la presencia del equipo Villa Clara como invitada, en tanto explicó por qué Cuba no puede ser aceptada todavía como miembro pleno de la entidad .
“No depende de nosotros como Confederación. Inmediatamente que levanten el bloqueo, una política con la que no estoy para nada de acuerdo, pudiéramos regresar al Cerro”, señaló el dominicano, abogado y de amplio prestigio dentro del mundo de las bolas y los strikes en América, quien recordó que en La Habana se jugó la primera serie en 1949.
¿Qué novedad tiene esta edición 56 con la presencia de los peloteros cubanos?
“He declarado desde hace tiempo el esfuerzo que hemos hecho para que Cuba participe. Desde 1999 los estábamos intentando, cuando viajé a La Habana con algunos presidentes de las ligas profesionales del Caribe. Y la mejor idea es la que le ha llegado su tiempo.
“Cuba nunca se fue de nuestro hogar, un hogar que fundó y siempre la hemos tenido muy presente, cada vez incluso que hemos hecho las exaltaciones al Salón de la Fama de las Series del Caribe. He luchado por esto durante años. Y a veces no se pueden esconder las emociones y los sentimientos, pero hoy me siento muy bien con que Cuba haya vuelto a este torneo”.
Hace solo unos días declaró que cuando termine la Serie enviará un informe al Departamento de Estado de EE.UU. para una posible presencia cubana en el 2015.
“Más que eso. La carta ya está redactada, lo que faltaba era el visto bueno de los dirigentes de la liga profesional de Puerto Rico, porque hay un aspecto económico (una participación extra de un equipo conlleva una suma importante de dinero) que no puede obviarse. Me acaba de confirmar el presidente de la liga que puede asumirlo. Una vez que llegue a Santo Domingo enviaré esa comunicación a Major League Baseball (MLB) como mismo se procedió con la participación de Cuba para Isla Margarita”.
¿Qué opinión le merece la propuesta de la MLB de incluir un sexto equipo en estas Series?
“Eso hay que meditarlo bien por dos razones. Uno, el aspecto económico. La inclusión de un sexto equipo conlleva una inversión cuantiosa. Dos, que es de igual importancia, que no podemos catalogar ni comparar a las demás ligas profesionales con la liga cubana. No hay el mismo nivel técnico y habrá que valorarlo con calma.
Conozco todos los estadios de los países integrantes de la Confederación y también conozco los de Colombia y Nicaragua. Nosotros no podemos traer una selección que vaya a rebajar la calidad de juego de la Serie del Caribe”.
¿Existe alguna posibilidad de adelantar el calendario de la Serie para tener más jugadores que son llamados ahora a los entrenamientos de primavera en Estados Unidos?
“Eso es muy difícil y quitarles juegos a nuestros torneos, acortarlos, también nos perjudica, aunque siempre he pensando que la Serie del Caribe debe empezar en enero, pero eso es una lucha que tendré contra intereses económicos de muchas ligas. Tenemos otro problema reciente, que algunas ligas asiáticas se están llevando también jugadores y tendremos que tomar algunas medidas que no quiero avanzar ahora. Vamos a proteger esos jugadores para que no se lo lleven”.
¿Cómo está la salud financiera de la entidad?
“Muy bien, desde 1991 que firmamos el Acuerdo Económico, que se nos pedía por parte de la MLB, la Serie del Caribe es rentable. Un torneo como este anda por alrededor de 3 millones y medio de dólares”.
En el concierto del beisbol internacional, ¿no ha pensado la Confederación un torneo mundial de clubes campeones de béisbol?
“Tenemos muchas ideas, pero hay que fortalecerse primero hacia lo interno, porque hay algunos aspectos del béisbol profesional que hay que darle un mejor acabado. Y vamos a hacer cosas. Hemos hablado con Cuba y la inclusión de ella en la Serie y en la Confederación (que espero sea más pronto que tarde) nos va a dar una fuerza extra que necesitamos para todos esos planes.
¿El Acuerdo Invernal aprobado levantó muchas expectativas?
“Fue un dolor de cabeza, fue traumático. Es la ley del fuerte contra el débil, pero logramos un acuerdo de 5 años con dos más de prórroga. Tiene luces y sombras, que nos disciplina porque a veces a los latinos nos gusta mucho la improvisación y somos indisciplinados. Vamos a ver como se comporta en los próximos dos años, pero por el momento vamos a tener un periodo de paz y tranquilidad en estos 7 años”.
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