Tras la palabras del Secretario General de las Naciones Unidas, la primera oradora en la sesión vespertina de este martes en la II Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac) fue la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, quien inició sus palabras con el agradecimiento a Cuba y la felicitación a su Gobierno por la organización de este evento que calificó de reunión histórica.
“La presidencia de Cuba al frente de esta comunidad de naciones barre con la anacrónica exclusión a que había sometida y confirma que no puede haber una verdadera integración sin el conjunto de Estados de América Latina y el Caribe”, agregó.
En una referencia a la inauguración ayer lunes de la primera fase del puerto de contenedores de Mariel, dijo que este es un ejemplo de y un gran proyecto conjunto entre Cuba y Brasil, y una muestra elocuente de las posibilidades de la integración.
En otra parte de su intervención reflexionó sobre el hecho de que a partir de la Cumbre de San Salvador de Bahía, donde por primera vez se reunieron los países de América Latina y el Caribe sin presencias foráneas, comenzó a revelarse que es posible marchar hacia el desarrollo de manera independiente. Así nació la Celac, expresó, un poderoso instrumento dentro del cual nuestros países han aprendido a limar sus diferencias y pensar en lo que más nos conviene a todos.
Dilma aludió también al modo en los integrantes de nuestro bloque
Han hecho más amplios los nexos con otras comunidades como la Unión Europea, el Consejo de Cooperación del Golfo, China y Rusia.
Antes de concluir calificó la presente reunión en La Habana como histórica, se declaró orgullosa de vivir en una región que avanza y dijo que Brasil cree en la Celac.
