La IV Serie Mundial de Boxeo de la AIBA cumplió su sexto fin de semana con varios resultados desconcertantes y con la acentuación de una peligrosa y dañina tendencia: las principales franquicias no están alineando con sus mejores quintetos en cada uno de los matches, a excepción de los Domadores de Cuba, quienes desean arrasar y foguear intensamente a sus figuras de alto rango.
Lógicos se antojaron los éxitos de Cuba sobre México (5-0) e Italia frente a Argentina (4-1). Pero lo demás fue ciencia ficción: Ucrania y Rusia sufrieron para aventajar 3-2 peleas a EE.UU. y Polonia, por ese orden; y Kazajstán y Alemania cedieron 1-4 ante Azerbaiyán y Argelia, respectivamente. Nada más alejado de los pronósticos.
La situación parece tener una explicación a flor de piel: con el actual formato de competencia —grupos de seis equipos y cuatro boletos a la postemporada— los elencos más fuertes tienen la clasificación a mano y pueden utilizar la fase preliminar para engrasar a púgiles noveles, a la vez que resguardan a sus mayores cartas de triunfo. En otras palabras: evitan golpes y heridas innecesarias y al mismo tiempo le esconden “la bola” a los rivales de envergadura.
Las otras tesis a considerar poseen un claro matiz financiero: este es un evento con marcados objetivos comerciales vinculados a los pagos de televisión y publicidad, y hasta ahora se van cumpliendo amén de la calidad boxística sobre el ring. Sucede que un asunto tiene que ver con el otro, pero no son directamente proporcionales.
El empleo de diferentes boxeadores en esta fase de la lid garantiza que buena parte de los inscritos reciban honorarios y se mantengan motivados. Tampoco debe descartarse el siguiente razonamiento: las victorias cuestan más que las derrotas, de manera que si las franquicias tienen la opción de proteger sus arcas sin menoscabo de entrar en cuartos de final, lo harán. Para las selecciones débiles, aquellas que a media campaña ya están sentenciadas, esta lógica del ahorro también encaja a la perfección.
Lo cierto es que la IV Serie Mundial todavía no enseñó su mejor cara y parece ir cediendo en aspectos medulares: la calidad de las series y el protagonismo de los mejores púgiles de la AIBA.
Me explico: Rusia, Ucrania, Italia, Azerbaiyán y Kazajistán todavía no “queman las naves” en el certamen, apenas han salpicado sus presentaciones con algunos estelares. El caso más escandaloso, que califica como una demostración de gran poderío, proviene de los azeríes, quienes marchan segundos del grupo B sin haber encaramado sobre el ring a siete de sus medallistas — los cuatro campeones incluidos— en el reciente Mundial de Almaty 2013.
La moraleja de este embrollo es bastante simple. Si la AIBA desea una Serie Mundial trepidante de principio a fin tendrá que variar el presente formato. Y si alguien piensa que esta cuarta versión arrancó el 15 de noviembre pasado, les cuento que solo hemos visto los sparring de calentamiento. La verdad, la caliente, comienza a fines de marzo con los cuartos de final. Nuestros Domadores ya están inscritos para esa fiesta.