Por: Orlando Ruiz Ruiz y Odette Díaz Fumero, estudiante de Periodismo
Al conjuro de una singular aspiración de acercamiento y comprensión que se ha abierto paso en los últimos años por encima de diferencias políticas, diversidad de realidades sociales y niveles de desarrollo, en América Latina y el Caribe comienzan a materializarse con la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) como nunca antes los anhelos de unidad de nuestros próceres, quienes desde hace siglos vislumbraron que pese a los múltiples obstáculos e intereses hegemónicos foráneos, la integración es posible.
Los mayores afluentes al cauce integrador
Unasur: fortalecer la soberanía y la independencia
La Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), formada en el 2008 por 12 Estados del sudcontinente, tiene como objetivo construir, de manera participativa y consensuada, un espacio de integración y unión en lo cultural, social, económico y político entre sus pueblos, otorgando prioridad al diálogo político, los programas sociales, la educación, la energía, la infraestructura, el financiamiento y el medio ambiente, entre otros aspectos, con miras a eliminar la desigualdad socioeconómica, lograr la inclusión social y la participación ciudadana, robustecer la democracia y reducir las asimetrías en el marco del fortalecimiento de la soberanía e independencia de los Estados.
Mercosur: mercado más dinámico y competitivo del continente
El Mercado Común del Sur (Mercosur), formado actualmente por Brasil, Argentina, Uruguay, Paraguay y Venezuela, es considerado como una potencia económica, tiene un producto interno bruto(PIB) de 3,64 billones de dólares, cifra que representa el 82,3 % del PBI total de toda Sudamérica. Cubre un territorio de casi 13 millones de kilómetros cuadrados y cuenta con más de 275 millones de habitantes (cerca del 70 % del sur del continente). Siete de cada diez sudamericanos son ciudadanos de este mecanismo comercial.
A juicio de los entendidos, el Mercosur se constituye como el área económica y plataforma industrial, más dinámica, competitiva y desarrollada, no sólo de Latinoamérica, sino de todo el Hemisferio.
CARICOM: bloque estable y armónico
La Comunidad del Caribe (CARICOM, por sus siglas en inglés), que fue creada el 4 de julio de 1973, a través de la firma del Tratado de Chaguaramas, en Trinidad y Tobago, nació con el objetivo de transformar la Asociación Caribeña de Libre Comercio en un Mercado Común.
Sus propósitos son elevar el nivel de vida y trabajo de las naciones de la región, acabar con el desempleo, acelerar, coordinar y sustentar el desarrollo económico. Asimismo, impulsa el fomento del comercio y las relaciones económicas con terceros países y con grupos de naciones.
Tiene una extensión territorial de 451 mil 776 kilómetros cuadrados, y una población total de 17 millones 182 mil 441 habitantes. Su existencia representa una de las más estables y armónicas comunidades de naciones.
Alba: la más integral y solidaria alianza
Tras casi una década de existencia, la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba) ha abierto las posibilidades a la más amplia solidaridad entre países. El espíritu que anima este bloque inspirado por los líderes fundacionales de Cuba y Venezuela, Fidel Castro Ruz y Hugo Chávez Frías, ha desarrollado acciones solidarias de profundo significado social, como la Operación Milagro, que ha devuelto la visión a casi 2 millones de personas y sentó las bases de una colaboración médica sin precedentes en el mundo. Del mismo modo ha puesto en práctica la aplicación masiva del método educativo cubano Yo sí puedo que erradicó en poco tiempo el analfabetismo en Venezuela, Bolivia y Nicaragua y se expande en otros países miembros del mecanismo integrador y más allá de este.
El Sistema Unitario de Compensación Regional (Sucre) y el nacimiento del Banco del Alba, surgidos al calor de los programas de esta Alianza sin condicionamientos, encarnan los más justos y racionales instrumentos de integración y comercio existentes en el mundo.
Como contraposición al área de Libre Comercio para las Américas (Alca), el Alba propuso un Tratado de Comercio de los Pueblos (TCP), cuyo espíritu no está basado en la competencia sino en la complementariedad entre las naciones, a fin de que los menos asistidos sean verdaderamente ayudados por los demás.
Sobre el mismo espíritu del Alba nació también Petrocaribe, un mecanismo que además de asegurar el suministro de hidrocarburos a precios justos por parte de Venezuela a naciones del área menos favorecidas, impulsa cinco programas en las esferas de transporte y comunicaciones, encadenamiento productivo, turismo y comercio e integración social y cultural.
Compuesto por 18 Estados del Caribe y América Latina, Petrocaribe refuerza alianzas para desarrollar una zona económica sin pobreza, analfabetismo y déficit de atención médica, según lo definió la octava cumbre del mecanismo celebrada en Nicaragua.
Un total de 88 proyectos sociales progresan en 13 países del bloque lo que ha representado un gasto de 207,5 millones de dólares.
El abrazo de todos los latinoamericanos y caribeños
Durante la Cumbre de San Salvador de Bahía, en diciembre de 2008, cuando se reúnen por primera vez los 33 países de América Latina y el Caribe por sí mismos, y en el propio contexto de este foro sesionan las cumbres del Mercosur y la Unasur, se adoptan acuerdos de enorme trascendencia para las futuras unidad e integración.
En un gesto trascendental, Mercosur decidió asumir las mercaderías que Bolivia colocaba hasta ese momento en Estados Unidos libres de aranceles por un monto de 30 millones de dólares. Washington había cancelado el acuerdo como represalia contra el gobierno de Evo Morales, que expulsó al embajador norteamericano y a la agencia antidroga (DEA), por injerencia en los asuntos internos de la nación andina. Este ejemplo de solidaridad colectiva marca indudablemente uno de los hitos en el camino de la unidad y la integración de nuestra área.
Unasur, por su parte, decidió en la cita presidencial la aprobación del Consejo de Defensa Suramericano, a la vez que acordaba la creación del Consejo Suramericano de Salud, “avalado por la solidaridad y la experiencia de Cuba en este campo”, según expresó el entonces presidente uruguayo, Tabaré Vázquez.
Entre tanto, en una decisión de plena soberanía, el organismo de consulta política de la región, Grupo de Río, aprobaba la entrada formal de Cuba como miembro pleno, dando muestra de madurez entre países con diferentes posiciones políticas.
Destaca que la cumbre de San Salvador de Bahía prevaleció asimismo el criterio de que la integración política, económica, social y cultural de la región es un factor necesario para avanzar hacia el desarrollo sostenible y el bienestar de los pueblos.
El elemento más favorable que caracteriza hoy a las naciones de América Latina y el Caribe es que ha logrado, gracias en gran medida a los programas instrumentados por los gobiernos progresistas, convertir su estabilidad económica en mejoras sociales.