Los que han disfrutado de la voz cálida, afinada y melodiosa de Beatriz Márquez probablemente se sorprenderán al saber que recién acaba de salir su primer disco en la era digital. Razones diversas podrían explicar (o no) la ausencia de La Musicalísima de la discografía nacional pero eso desviaría la atención de lo que ahora interesa: Unicornio ha entregado a la red comercial el DVD Espontáneamente.
El audiovisual contiene una hora y 15 minutos de buena música. Le acompaña el making off de la grabación y una colección de fotos. Exquisita es la calidad de la imagen y del audio, este último a cargo del team de grabación y mezcla de Orestes Águila quien explota muy bien las potencialidades de la moderna tecnología instalada en los estudios Abdala.
El hecho musical que sirvió de materia prima a este disco ocurrió el 28 de mayo del 2010 en el Estudio 1, devenido más de una vez en sala de concierto para grabar espectáculos como este. La idea llevaba para entonces varios meses de trabajo en los que la Márquez desengavetó temas de su propia autoría (Despídete de todo mi existir), de su padre René (No respondo, En el cielo de mi vida y Espontáneamente) y de Rembert Egües (Alguien), Juan Almeida (No me grites y Es soledad), Roberto Vergara (Raíces profundas), Pedro Romero (Mariposa), Silvio Rodríguez (Te conozco), Armando Larrinaga (Como cada mañana), Manuel Corona (Santa Cecilia), Vicente Rojas (Amor, regresa a tu lugar), Pablo Abraira (Pólvora mojada) y Eddy Gaytán (Separada de ti ahora).
Un dúo de antología completa el repertorio: Juan Formell y Beatriz en Una noche en Palma de Mallorca, y particularmente en Este amor que se muere, canción de gran fuerza emotiva compuesta por el creador de Los Van Van quien se revela aquí, una vez más, como un sentimental. Este es el clímax del concierto al que contribuye, sin duda, el solo ejecutado por el joven pianista Jorge Aragón.
Según contaron los participantes, los 17 temas fueron grabados de arriba abajo, en una sola toma, sin que fueran precisos arreglos excesivos en la postproducción. Este tipo de trabajo es solo posible cuando participan una intérprete “que no pierde nunca la afinación” —así describió Formell a la Márquez— y unos músicos excepcionales como lo son Aragón; Rodney Barreto (drums); Yandy Martínez (bajo); los dos Raúl, Verdecia y Venegas (guitarras); Esteban Puebla (teclados) y Tomás Ramos (percusión). En ellos se combinaron el empuje de la juventud con la maestría y versatilidad que regala la experiencia.
El concierto también tuvo como invitados al trompetista Alexander Abreu cuya sonoridad se hace peculiarmente notable en Te conozco; a la cantante Janet Valdés, que hace dúo con Beatriz en Mariposa; y a Luna Manzanares y Jessica Rodríguez, a cargo de los coros.
Algunos de los temas que se disfrutan en el disco han cumplido más de 30 años, pero los arreglos de José Manuel Ceruto, también director musical, saxofón tenor y flauta, los hacen sonar renovados, contemporáneos.
La música desborda belleza y temperamento. Le acompaña, sin embargo, un sencillo discurso visual que bien habla de los realizadores. Ian Padrón, director, y Luis Najmías Jr., a cargo de la fotografía, han probado en otros proyectos sus infinitos recursos intelectuales para hilvanar un lenguaje propio a partir de imágenes. En este caso asumieron la sencillez de la intérprete para dejarla brillar sin artificios. Ella no los necesita, ni ellos tampoco.
Beatriz Márquez nació para cantar. Es un don que le ha acompañado desde la adolescencia. En Espontáneamente se nos aparece plena en sus facultades vocales y con la madurez interpretativa que solo el tiempo proporciona.
