Por: Vivian Bustamante Molina
Y aunque nada tengamos que ver en ese acto de reaccionar debidamente ante una demanda, sí lo consideramos un eslabón muy pesado en el cometido de esta sección, cuyo máximo fin es que lo tramitado tenga una salida adecuada.
Baste decir que de 750 misivas recibidas por vía postal y correo electrónico con cierre 23 de diciembre, solo estuvieron de vuelta 279 respuestas.
Una incongruencia que con diferentes guarismos se repite cada año y por supuesto es injustificable, si solo nos atenemos al artículo 63 de la Constitución de la República, cada vez más citado en los documentos que nos envían: “Todo ciudadano tiene derecho a dirigir quejas y peticiones a las autoridades y a recibir la atención o respuestas pertinentes y en plazo adecuado, conforme a la ley”.
Conflictos laborales y vinculados con la vivienda destacan en la amplia lista de situaciones que a diario llegan a este espacio, la mayor parte de las ocasiones visto como la última tabla de salvación, luego de esperar infructuosamente, durante meses y hasta años, por las entidades pertinentes para dirimir un asunto.
Esa es una de las causas que nos incentiva sobremanera a dar curso desde el aparente caso más sencillo hasta el de gran complejidad. Tampoco es despreciable el número de cartas vía correo electrónico a las que damos acuse de recibo. Y cuánto agradecen unas pocas palabras de aliento o esclarecedoras.
¿Serán conscientes de esto quienes por ley están obligados a responder?
La ineludible comunicación con el público reclamante puede llevar implícita una situación irresoluta por causas objetivas plausibles. Pero lo imperdonable es la callada que alimenta el sentimiento de impotencia del ciudadano, victimizado en numerosas ocasiones por las propias negligencias y violaciones de funcionarios de determinadas entidades o instituciones, en la prestación de un servicio o de su propio funcionamiento.
Cierto que algunos organismos, muy pocos, responden directamente al quejoso sin copia a esta sección, lo cual contribuye a la distorsión de nuestras estadísticas.
De primeros y últimos
Las cifras hablan por sí solas, pero sin atiborrarlos queremos ofrecerles algunos elementos que ilustren por dónde andamos.
De las misivas enviadas a casi 80 instancias, léanse ministerios, instituciones, sindicatos y consejos de la administración de todas las provincias (CAP), a una semana de concluir este año solo habíamos recibido respuestas de 24 organismos, de nueve sindicatos y tres CAP: La Habana, Sancti Spíritus y Granma.
¿Con quiénes más gestionamos?, pues con el Instituto Nacional de Asistencia y Seguridad Social (Inass) y los ministerios de Trabajo y Seguridad Social (MTSS), de Salud Pública, de la Informática y las Comunicaciones, Justicia y Transporte, así como el Tribunal Supremo Popular. También con el CAP de la capital y los sindicatos de Comercio y Gastronomía y Servicios, Salud; Educación, la Ciencia y el Deporte, además, los de Transporte, Agropecuarios y Forestales y Azucarero.
El récord positivo recae, sin lugar a dudas, en el MTSS y el Inass, pues respondieron a la amplia mayoría de las cartas que les hicimos llegar (137 de 151).
No debemos concluir sin mencionar un recurso que dio muy buenos resultados y pudimos sistematizar en el segundo semestre, la foto crítica, que generó la solución a problemas en la comunidad.
Para los lectores una observación: solo tramitamos cartas firmadas, aconsejamos reflejar una vía de cómo localizar a quien envía la queja y que esta venga explícita.
Por nuestra parte asumimos con placer la obligación de realizar un trabajo eficaz. En los 12 meses venideros, Buzón abierto será más incisivo y persistente en su gestión. Esperemos que los morosos y quienes hacen oídos sordos a las quejas también estén dispuestos a acompañarnos. Feliz y próspero 2014.