El teatro Lázaro Peña, el segundo más grande de La Habana, quedó casi vacío este sábado ante el exclusivo y hermoso espectáculo que ofrecieron Augusto Enríquez y la Sinfónica Nacional cantando temas antológicos de Silvio Rodríguez en el que también participaron los coros Exaudi y Schola Cantorum Coralina.
Probada está la calidad artística del elenco y de las obras. La ejecución fue encomiable a partir de novedosos arreglos musicales de Pucho López, Demetrio Muñiz, Miguel Núñez y Jorgito Aragón. ¿Qué pasó entonces? ¿Por qué el mismo teatro que se desbordó semanas atrás con Álvaro Torres, no consiguió llenar, ni siquiera, la primera sección de la platea? ¿Será que la gente no se enteró o se perdió el gusto por la buena música?
Afortunadamente Colibrí (la disquera del Instituto Cubano de la Música) estaba allí para grabarlo y hacer un DVD que complementará al tríptico Te doy una canción (recién salido de fábrica) a partir del cual se estructuró este concierto de cierre de una gira que llevó a más de 100 músicos con este proyecto por 12 ciudades del país. En la mayoría hubo lleno total.
Te doy una canción, en sus 3 volúmenes, contiene 34 temas (17 de ellos escuchados en el concierto) y un video clip homónimo dedicado a la mujer cubana, que fue realizado por Rudy Mora y Orlando Cruzata. Más de cuatro años empeñaron Augusto y sus colaboradores en la realización de este proyecto, ideado, dirigido y producido por el versátil cantante. En el buen gusto del producto final se verifica además el compromiso de Colibrí con lo mejor de la música cubana.
