Por Orlando Ruiz Ruiz y René Camilo García Rivera, estudiante de Periodismo
Tras un período de limitados avances que solo le permitió alcanzar el 2,4 % de crecimiento anual de su producto interno bruto (PIB) durante los 20 años que median entre el 1980 y el 2000, África elevó este indicador hasta 5,7 % en la década comprendida entre el 2000 y el 2010. Así, en los últimos tiempos la economía del continente negro ha crecido a un ritmo superior al de Latinoamérica y Europa, 3,3 % y 2,5 %, respectivamente, aunque no ha podido igualar al de los países emergentes del Este de Asia (7,9 %).
En las conclusiones del informe World Economic Outlook, emitido por el Fondo Monetario Internacional (FMI) en octubre del 2012, se consigna que 10 de las 20 economías con mayor potencial de crecimiento hasta 2017 son países africanos. Asimismo, entre los diez países que más crecieron en la última década, seis son africanos (los otros cuatro, asiáticos), según el propio organismo. La previsión al concluir el presente año 2013 es que prácticamente el conjunto de los países africanos crezca económicamente a ritmos muy superiores a los de Occidente.
Aunque persisten males históricos derivados de la sequía, los conflictos internos que aún asuelan varias naciones, la proliferación del VIH-Sida y la desigual distribución de la riqueza, es indudable que en África el crecimiento económico, aunque todavía desigual, está acompañado de un visible mayor nivel de desarrollo social y humano. Por ejemplo, de los veinte países que llevan un seguimiento de los estándares de vida a nivel nacional, 16 de ellos han registrado importantes descensos en la tasa de mortalidad infantil de manera acelerada, del mismo modo que ha disminuido la pobreza extrema.
Pero, ¿cómo ha conseguido África, un continente históricamente deprimido y anclado en el subdesarrollo, comenzar a crecer económicamente en el siglo XXI?
El principal impulsor del “boom económico” en muchos países africanos es la demanda de recursos naturales por parte de otras regiones del mundo. Principalmente son países emergentes como China e India los que más están aumentando su comercio con África. Estas economías en expansión (sobre todo asiáticas) carecen de recursos naturales propios para abastecer a la enorme demanda interna, que se incrementa cada año que pasa debido a su acelerado crecimiento económico.
De los recursos naturales que exporta África, los minerales son los más importantes: el continente africano posee el 95 % de las reservas mundiales de los metales de platino, el 90 % de las reservas de mineral de cromita y el 85 % de las reservas de roca fosfática, así como más de la mitad del cobalto mundial y un tercio de la bauxita. Al mismo tiempo, las reservas conocidas de petróleo del continente han aumentado en un 40 por ciento.
Por otro lado, la importancia de la agricultura africana está aumentando gracias al crecimiento de la demanda de alimentos por parte de los países en vías de desarrollo.
Otra de las claves del crecimiento económico de África es también la estructura de su población: son muchos y muy jóvenes. En la última década esta ha aumentado en 200 millones de personas y las proyecciones demográficas indican que el crecimiento será mayor en los próximos años, con una media del 2,2 % anual en el período 2010- 2020. Mucho mayor que el cero que se proyecta para Asia.
Hay que sumar a las causas, y a la vez consecuencias, del crecimiento económico del continente negro, el rápido proceso de urbanización que están viviendo la mayoría de sus países. Tal fenómeno ha propiciado la inversión en carreteras, edificios, sistemas de canalización de agua y otras infraestructuras. Con el 40 % de su población viviendo en ciudades, África tiene una tasa de urbanización mayor que la India (30 %) y muy cercana a la de China (45 por ciento).
Helen Clark, administradora del PNUD, ha explicado que: “Los impresionantes índices de crecimiento del PIB en África no se han traducido en la eliminación del hambre y la malnutrición. Se necesita un crecimiento inclusivo y políticas centradas en las personas y la seguridad alimentaria”.
Otros datos de interés
1.- La presencia de China en territorio africano es un fenómeno reciente, que ha tenido lugar en este Siglo XXI y que se ha dado a gran velocidad con un enorme volumen de dinero. Ha sido esta precisamente la nación que ha sellado las relaciones internacionales más sólidas con África. Junto con las empresas chinas, están llegando grandes cantidades de material y tecnología que ayudan al desarrollo de los países y de las sociedades. A cambio de minerales, madera y petróleo, la nación asiática entrega maquinaria, textiles, productos químicos, vehículos, productos electrónicos, a la vez que invierte cerca de 500 mil millones de dólares anuales en infraestructuras, como carreteras o plantas energéticas.
2.- Además de contar con una enorme población, África tiene la media de edad más baja de todo el mundo (19,7 años). Más de la mitad de la población (500 millones de personas) tienen menos de 20 años. Con esta estructura de población la mano de obra africana crece con más rapidez que la del resto del mundo y según los pronósticos, en el 2050 uno de cada cuatro trabajadores en el mundo será africano.
3.- La ONU estima que el continente africano será responsable de más del 40 % del crecimiento de la población mundial hasta el año 2030. A este ritmo, en el 2050 habrá en África 2 mil millones de personas, más que la India (mil 600 millones) y China (mil 400 millones). Para entonces, uno de cada cinco habitantes del planeta será africano.
4.- No obstante los avances experimentados en África, directivos del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) han advertido que el crecimiento económico de esta región solo se mantendrá si se termina con el hambre que asuela toda la zona subsahariana.