A los muchachos y muchachas del hogar para niños sin amparo filial de la ciudad de Las Tunas les ha faltado el cariño familiar por extravíos de sus progenitores, pero las muestras de bondad colman su existencia.
No son los lazos de consanguinidad la razón que los une, sino una obra de profundo amor al prójimo. El torrente de caricias y gestos afectivos les llega cotidianamente, no solo de las 12 mujeres que tienen el encargo social de proporcionarlos, sino de muchísimas personas más que contribuyen con altruismo al bienestar de esos retoños.
Y son, precisamente, esas virtudes cultivadas por la Revolución Cubana en sus 55 primaveras las que rompen los muros del silencio y el abandono para abrir caminos de inclusión social fundamentada en la igualdad de posibilidades en rutas abonadas por el precepto martiano de que los niños son la esperanza del mundo.
Donativo por cuenta propia
A la casa marcada con el número 18, en la calle Joaquín Agüero, del reparto Primero, en la ciudad capital de Las Tunas, llegaron imbuidos por esas convicciones Oscar Fidel Rosales Carreño y Fausto Osorio Curbelo, secretarios generales de las secciones sindicales números uno y dos, respectivamente, que agrupan a 101 arrendadores de habitaciones y viviendas en divisa, afiliados al sindicato del Turismo.
“El donativo, explica Oscar, incluye un DVD marca wentai con puerto USB, ropa interior, juguetes didácticos, champú, colonia y desodorante. Es el resultado del aporte voluntario de los asociados y una forma de saludar el aniversario 55 del triunfo de la Revolución y el XX Congreso de la CTC.
“Nos motiva, agrega, nuestra condición de trabajadores por cuenta propia y la voluntad de continuar incorporados a la organización y mantenernos aportando a las instituciones estatales sociales y de Salud para contribuir a la defensa de esas conquistas del socialismo en Cuba.”
De esas muestras de generosidad también tienen constancias profesionales de la Salud, familiares y pequeños ingresados en la sala de Oncohematología del hospital pediátrico Mártires de Las Tunas, “allá entregamos dos ventiladores con control remoto y seis mandos universales para televisores”, agrega Fausto como muestra de una bondadosa actitud que complementa los desvelos del Estado por el bienestar ciudadano en esos segmentos tan sensibles.
Otros protagonistas y los beneficiarios
“El hogar le da cariño y abrigo a ocho niños con edades desde los seis hasta 19 años. Aquí estamos de domingo a domingo, a toda hora dispensándoles mucho cariño, tratando de suplir sus carencias afectivas. Tenemos creadas las condiciones materiales para su realización. Todos están vinculados a centros de enseñanza de la ciudad, solo un pequeño aquejado de ataxia es atendido aquí por una maestra ambulatoria”, refiere Sonia Hernández Silva, la directora de la institución.
“Nosotros nos sentimos muy contentos porque apreciamos que el hogar está en el corazón de mucha gente”, dice y argumenta con las atenciones que les dispensan trabajadores no estatales del sector del Transporte, integrantes de la Asociación Cubana de Artesanos Artistas, de Cultura y Deportes que sistemáticamente se insertan en el programa de actividades del hogar.
La afirmación la corroboraron, también, los regalos musicales de Wendy: La vida y Amor eterno; y de Hainier: Luz de Luna y Los niños cantan al mundo, obras que convocan al amor. Ellos son estudiantes de la escuela primaria Alcides Pino.
Las “tías” no ocultaban la emoción; tampoco Enmanuel, Juan Gabriel, Bárbara, Juan Carlos…, quienes agradecían el regalo y como colofón daban vivas a la Revolución, en un acto que presidieron dirigentes de la CTC, Educación y líderes de la comunidad donde está enclavado el Hogar.
