Los 130 metros de eslora y 20 de manga que definen al crucero Minerva irrumpieron en el puerto de Casilda para sumar atractivos a un destino turístico reconocido en el mundo: Trinidad. La notable embarcación, con 300 pasajeros a bordo, inicia el ciclo que facilitará la afluencia de visitantes foráneos por una vía, hasta ahora, poco común en estos lares.
Procedente de las Bahamas, el Minerva antecede a otros 9 barcos con pronóstico de llegada a la dársena trinitaria, cifra considerable si se tiene en cuenta que solo una embarcación de este tipo entró a las aguas sureñas en el 2012.
Marino Rodríguez Cárdenas, director de la Empresa de Servicios Portuarios Centro, informó a la prensa: “Está prevista la entrada de 38 barcos de este tipo, 28 de ellos arribarán al puerto de Cienfuegos; esta es una etapa prometedora para la temporada de cruceros en la región central. Jamás tuvimos un programa tan abarcador con respecto al ingreso de este segmento turístico que llega por vía marítima”.
Realce de la actividad portuaria en Casilda y afianzamiento del “crucerismo” resultan algunas ventajas que nos llegan desde el Minerva y otros que están por atracar. El navío con bandera de Bahamas inició su travesía en Cuba por el circuito Santiago de Cuba y La Habana, tocó puerto trinitario y pone su proa rumbo a Granma para dar continuidad al bojeo que viene llevando por toda el área de América.
Encontrarse en una ciudad de casi 500 años es emprender un viaje al pasado.
Pero, sin duda, dejarse llevar por el vaivén de las olas para llegar a una villa conquistada por marineros de antaño, resulta matiz aventurero que hará inolvidable la estancia en la villa.