Los Búfalos avileños están a punto de convertirse en el primer conjunto que barre en una final de la Liga Superior de Baloncesto (LSB), digna guinda para un pastel que, evidentemente, ascenderá al octavo nivel antes de que concluya esta semana.
Los dirigidos por Jesús Martos buscan su octava corona en el certamen doméstico, meta casi coronada tras vencer por tercera ocasión consecutiva a los Capitalinos, esta vez con pizarra final de 66-63.
Los avileños, quienes comenzaron debajo en el marcador, tuvieron un repunte espectacular en la segunda mitad guiados por Michael Guerra, después de lo cual Capitalinos no pudo volver a recuperar la delantera a pesar de que el organizador Santiago Peñalver tomó las riendas ofensivas de los habaneros en los compases finales y los acercó a solo cuatro puntos de los locales.
Fue una verdadera fiesta para el público de Ciego de Ávila, que disfrutó a rabiar en la sala Giraldo Córdoba Cardín de cada jugada eslabonada por los anfitriones. Nuevamente, la sala más concurrida del país para este evento se convirtió en sitio de culto para los amantes del baloncesto en Cuba y la catedral de los monarcas ofreció otra misa con grada repleta.
Por lo vencedores, Guerra llevó la voz cantante con 22 cartones, incluidos tres bombazos desde larga distancia, igual número que su compañero William Granda, quien sumó 17 tantos. El “trío letal” lo completó Yasser Rodríguez con 14 puntos y dos triples.
Los Búfalos tuvieron su mejor arma desde fuera del perímetro y con ella revirtieron un excelente trabajo defensivo de los Capitalinos, quienes jugaron -por mucho- su mejor partido de la presente final. Debido al poderoso marcaje de los habaneros la efectividad dentro del área pintada de los actuales campeones de la LSB se vio en extremo limitada, al punto de que Yoan Luis Haití solo consiguió encestar una canasta y cinco tiros libres antes de salir por cinco faltas.
Sin embargo, bajo las tablas los avileños dominaron ampliamente al quedarse con 40 rebotes por solo 22 los habaneros, quienes únicamente sobresalieron en las recuperaciones de balón al interceptar 18 pelotas, algo que “compensaron” al regalar otras 15 a lo largo del choque.
En general fue un partido muy peleado por ambas partes, con flashazos del equipo que podría ser Capitalinos y una muestra fehaciente de la maestría deportiva alcanzada por Ciego.
Con respecto a este tema, una vez concluido el partido, Guerra declaró que “en esta fase el equipo está muy concentrado y cuenta con gran experiencia”. En referencia a su actuación como miembro del cuerpo técnico de los Búfalos durante las dos Ligas anteriores, añadió, que “esa experiencia me sirvió de mucho, pues me permitió ver situaciones de juego que, cuando estás en la cancha, muchas veces no tienes tiempo para estudiar. Así que esa etapa fue esencial para alcanzar mi madurez como atleta”.
Lo cierto es que Ciego de Ávila está a las puertas de seguir haciendo historia en la LSB: llegar a ocho coronas en nueve finales, y conseguir esta última por barrida, será un sello de la calidad de un equipo convertido en leyenda desde su nacimiento.
Nadie hubiese apostado por un 4-0. Yo no lo hice, y aún hoy me resisto a creerlo, a pesar de que la realidad se empeña en demostrarme lo contrario. Sin embargo, los Búfalos embisten duro y, sin perder la perspectiva, sueñan con seguir acrecentando su leyenda como asegura su director, quien tras reconocer la valía del adversario, sentenció: “Nuestra mentalidad y la preparación de los muchachos está enfocada en terminar este play off en cuatro partidos para hacer historia”.