Pese a la fluctuación de cerca del 40 por ciento que experimenta en su dinámica, la tendencia es al crecimiento. Ahora mismo más de 400 mil personas integran ese segmento que incorpora a la gestión productiva y de servicios novedosas formas que van liberando al Estado de esas cargas para centrar sus esfuerzos en las actividades estratégicas del desarrollo económico y social de la nación.
Y esta realidad impone nuevos retos al movimiento sindical cubano en el afán de propiciar la sindicalización consciente de esta fuerza, un propósito que transita por el obligado cambio de mentalidad y de sistemas de trabajo encaminados a convertir la organización en escenario atractivo y de representación real.
Alcanzar ese propósito obliga a visualizar con más objetividad y enfrentar resueltamente los problemas que frenan un mayor desarrollo de este ejercicio, porque, sin desconocer las carencias materiales que lo acechan, en las irregularidades pesan más los asuntos subjetivos.
En el caso de la nororiental provincia de Las Tunas la afiliación alcanza al 74% del total, una cifra que no se corresponde con la disposición general de los cuentapropistas a integrarse, según reconoció el primer pleno del nuevo Comité Provincial de la CTC, en el cual fueron instrumentados los objetivos de su reciente Conferencia previa al XX Congreso.
Todavía falta eficiencia y oportunidad en las respuestas a sus planteamientos, muchos de los cuales parecen quedar en el olvido de quienes tienen la responsabilidad institucional de canalizarlos de manera ágil, ya con soluciones o explicaciones que denoten su impacto en el desempeño administrativo.
En esta pretensión, como en todas, las direcciones sindicales necesitan el acompañamiento administrativo, asunto infelizmente no resuelto, el que tiene como principal manifestación la escasa asistencia de los segundos a las reuniones y activos organizados por los primeros.
Existe conciencia en el imperativo de aumentar la participación de dirigentes de la CTC en las sesiones de los consejos de la Administración, tanto en la provincia como en los municipios, pues en estas son adoptadas numerosas decisiones relacionadas con el trabajo no estatal, en correspondencia con la legislación vigente, la cual otorga facultades a esos órganos de dirección territorial en torno al ordenamiento y materialización de estas actividades.
En esas tribunas hay un espacio ineludible para el acomodo de estrategias y tácticas que incluyan, también, los intereses de quienes ejercen el trabajo por cuenta propia y evitar así el divorcio en un programa, cuya esencia integradora no puede desoír las voces de los protagonistas en el momento de configurar formas del ejercicio, en las cuales en ocasiones prevalecen las ideas de los diseñadores, mientras las del actor principal son relegadas.
Si algo está claro es el desafío que supone el objetivo de crear un clima laboral acogedor que propicie confianza mutua, y genere y cultive valores que ciertas bonanzas económicas personales suelen desterrar del comportamiento ciudadano: la solidaridad, la honradez, el patriotismo…
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