Por María Elena Álvarez (especial para Trabajadores)
Por la globalización de la solidaridad, la esperanza y el desarrollo sostenible con justicia social se pronunciaron este domingo los participantes en el XVIII Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes que se desarrolla en Ecuador.
La cuarta de estas citas en un país de América Latina y el Caribe eligió para estrenar su programa político temas cruciales como la paz, la soberanía, la solidaridad y la unidad en la lucha contra el enemigo común de los pueblos: el imperialismo.
Dedicada a Europa como región, la jornada dominical ofreció disímiles espacios para la concertación y el debate a los representantes de organizaciones y movimientos juveniles de unos 90 países ya acreditados, cifra que en las próximas horas debe sobrepasar la centena, de acuerdo con el Comité Organizador Internacional.
La delegación de Cuba —la más numerosa, luego del país anfitrión y su vecina Colombia— ha vivido desde su llegada a Quito el viernes jornadas intensas. Su presencia fue vitoreada en el Parque Bicentenario, testigo de la ceremonia de apertura y sede, asimismo, de la mayor parte del programa del Festival. Aquí se hizo patente la solidaridad con la isla, el respaldo a la batalla por la liberación de los antiterroristas cubanos y la condena al bloqueo de Estados Unidos.
El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, en su discurso de apertura, reiteró su rechazo al cerco económico, comercial y financiero impuesto a Cuba durante más de medio siglo, y lo calificó de criminal y el mayor y más flagrante atentado contra los derechos humanos.