En el portal del teatro Eddy Suñol han colocado grandes carteles anunciando la presencia de Vladimir Malakhov en Holguín. Es un acontecimiento: no todos los días se recibe a una personalidad de esta talla.
La temporada que ha organizado la compañía holguinera Codanza para recibir al gran bailarín ucraniano tendrá su plato fuerte esta noche, con una función en la que Malakhov interpretará dos solos: La muerte del cisne (coreografía de Mauro Di Candia) y Voyage, de Renato Zanella.
Será el colofón de unas jornadas intensas: clases magistrales, conferencias, exposiciones y una función protagonizada por bailarines de compañías del oriente del país.
Malakhov, obviamente, ha sido el protagonista indiscutible, pero el entusiasmo es colectivo. Este jueves, por ejemplo, el público coreó su nombre en el vestíbulo del Suñol, como si se tratara de una estrella de fútbol.
Malakhov recibe todos los homenajes con una sencillez y una espontaneidad que uno no esperaría de un “divo”. Sonríe a todos, posa para fotografías, firma autógrafos…
Los organizadores de esta temporada, la directora de Codanza, Maricel Godoy, y el manager de Malakhov, Paul Seaquist, se muestran confiados en que este sea el principio de una relación duradera entre el primer bailarín y la danza en esta ciudad. Ya se habla de un premio de coreografía y futuras presentaciones.
Pero por el momento, las funciones que la estrella internacional ofrecerá en el Suñol ya son consideradas un hito en la cultura de Holguín. Malakhov, sin dudas, es uno de los más grandes artistas que han pasado por ese escenario.
