Fue en la madrugada del pasado 14 de febrero que Blade Runner le disparó a su novia, la modelo Reeva Steenkamp, y la asesinó. El Día de los Enamorados terminó siendo el día en que Pistorius mató a su novia y San Valentín le dio de comer al sensacionalismo.
Reeva Steenkamp tenía veintinueve años. La defensa del atleta sostiene que él abrió fuego contra su pareja porque la confundió con un ladrón. Esto sucedió en un apartamento de Blade Runner en Pretoria. Pistorius, en declaración jurada, afirmó haber escuchado un ruido en el interior de la habitación. Buscó su pistola y tiró cuatro veces a su pareja, causándole la muerte.
Un equipo de forenses de Estados Unidos contratado por la defensa del atleta tiene la misión de probar que este disparó a ciegas y por miedo al posible ataque de un extraño que se introdujo en su apartamento.
Además de las acusaciones de presunto asesinato premeditado y de tenencia ilícita de armas, el Fiscal añadió dos cargos al sudafricano. A Pistorius se le acusa de haber disparado en un par de ocasiones en lugares públicos, sin causar daños. El Blade Runner que corriera en los juegos de Londres 2012, volviéndose el primero con doble amputación que competía en una prueba olímpica, fue convertido en un hombre que aprieta el gatillo y hace volar la munición deliberadamente.
Por antojo, el atleta hizo unos disparos al aire el 30 de septiembre del año pasado, a través del techo abierto de su descapotable. Iba conduciendo al lado de su entonces novia: otra modelo, Samantha Taylor. Un tiempo después, Blade Runner abrió fuego con una Glock en un restaurante de Johannesburgo. Provocó daños al suelo del local. El motivo fue el mismo que el de antes.
El cargo de asesinato premeditado que se le imputa a Pistorius está penado en Sudáfrica con un máximo de cadena perpetua. Su juicio debe comenzar el próximo 3 de marzo. Desfilarán 107 testigos propuestos por la fiscalía. Ya habrá pasado un año del asesinato de Reeva Steenkamp.
Una fianza de unos 80.000 euros fue pagada por la libertad condicional de Blade Runner. El sudafricano ha renunciado a competir. Pero en julio se le vio correr en una pista de Pretoria, con sus prótesis juntamente polémicas y plausibles. El magistrado le prohibió la entrada al piso en el que se produjeron los hechos, evitando que el atleta entable relaciones con los vecinos. Algunos de ellos harán declaraciones en el juicio.
Ahora Pistorius parece hipérbole, comidilla. Blade Runner ya se va asemejando a otro hombre: un hombre extraño, impulsivo. El ídolo se volvió villano. Aquel Día de los Enamorados le cambió la vida.