¿La asamblea de afiliados está desprovista de formalismos? ¿Impera siempre la palabra de la administración? ¿El sindicato representa los intereses de los trabajadores? Estas y otras interrogantes son develadas por estos días en disímiles centros laborales durante la discusión del Documento Base del XX Congreso de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) en todo el país.
En la Empresa de Transporte de Carga Camagüey (TRANSCAR) los trabajadores también cuestionaron las luces y sombras de la organización, pues coinciden en que aunque el sindicato desee resolver todas las problemáticas laborales, no tiene muchas veces el cómo para ayudar.
Alexis Suárez Sánchez explica que al no tener la estructura sindical suficientes leyes y resoluciones que la ampare “la administración termina imponiéndose”.
Pero para que esto no suceda asegura Fidel Benítez que “hacen faltan buenos líderes como los que dieron su vida por la creación de la CTC para que el sindicato tome fuerza porque el prestigio está por el suelo y la base de su creación es el enfrentamiento con la administración”.
El salario, el sistema de pago y su necesaria revisión a la hora de aplicarse y la participación real de los obreros en la elaboración de los planes productivos fueron otros de los puntos neurálgicos de la asamblea, que representa el congreso desde la base.
