Cual nerviosa dama que se engalana antes de salir a esperar a su novio al balcón, así luce la bella ciudad de Guantánamo, a pocas horas de conmemorar su aniversario 143 del otorgamiento del título de Villa, un primero de diciembre pero de 1870.
Amplio es el movimiento constructivo, de rehabilitación y reanimación de instituciones sociales y de los servicios, calles y viviendas, que aprecian los guantanameros, guantanameras o quienes por estos días visitan a la también llamada ciudad del Guaso, nombre de uno de los ríos que atraviesa a la rectilínea y muy poblada urbe oriental.
La Villa de Santa Catalina de Guantánamo arriba a su cumpleaños 43 con sus principales arterias reparadas, la ampliación y reparación capital de varias cuarterías, de las que se borró su fea imagen para dar paso a viviendas independientes con las necesarias condiciones de habitabilidad, así como la rehabilitación de viviendas y edificios multifamiliares.
A estas acciones constructivas se le suman otras que se ejecutan en las instalaciones culturales y centros comerciales y de servicios, ubicados en el centro de la ciudad.
Como parte del Programa de Desarrollo Local que se materializa, desde hace más de siete años en la más oriental y montañosa de las provincias cubanas, en la ciudad capital se culmina una piscina y la Pista de baile Guayo, en el reparto Caribe, y en el centro de la ciudad la casa de la cultura municipal y el hotel Brasil, este último concebido como un proyecto de iniciativa municipal para el desarrollo local, el que permitirá tributar parte de sus ingresos al gobierno del territorio para dedicarlo a otras obras de beneficio social.
