Reconocer que los días de existencia del camarón de río están contados alienta a romper la inercia en el lomerío fomentense con un llamado ambientalista que agrupa cada vez más a todo el que habita en las comunidades de Gavilanes o Santa Rosa.
La cuarta edición del festival Mi amigo el camarón convoca a niños, jóvenes y adultos a conservar las maravillas naturales que hacen único el ambiente rural en las montañas del Escambray; particularmente, rechaza la pesca indiscriminada de una especie vital para el equilibrio de sus ecosistemas: el camarón de agua dulce.
Encuentros sistemáticos y espacios de capacitación llegan hasta la sala de video de Gavilanes, sede del evento, para unir a la comunidad en torno a la preservación del también conocido como “pití”.
Con carácter asociativo y vinculada a la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, la pequeña organización cubana conocida como Cieric también apoya la iniciativa en las serranías; siempre con el objetivo de perfilar la responsabilidad ciudadana desde la capacidad transformadora de la cultura.
Carlos Itusis León, director del museo Frente de Las Villas y coordinador del proyecto afirmó: “Los métodos empleados por el Cieric apelan a las vivencias, expectativas e inquietudes de las personas con respecto al tema seleccionado para el evento; utilizando siempre las manifestaciones del arte como medio de expresión”.
La fuente explicó además que Gavilanes se erigió como escenario para el festival dada la alta presencia de la especie de crustáceos por esos lares y la cantidad de agresiones cometidas contra esos animales por personal local y foráneo.
Alrededor de 69 mil euros donó la agencia italiana CIP para la adquisición de televisores, DVD y distintos CD con materiales audiovisuales para proyectarlos a los pobladores, quienes recibieron con agrado los materiales y coincidieron en la pertinencia de estos a la hora de elevar su cultura ambiental.
Piano, guitarra, tumbadora, bongos, equipo de audio y otros recursos componen el set obtenido gracias al mencionado financiamiento. Esta coyuntura permitió además la apertura de una plaza de educador ambiental subordinado a la Empresa de Flora y Fauna de Fomento en el intrincado paraje.
Otras comunidades se vinculan al Cieric con el fin de conservar las riquezas que Natura concibió en tierras espirituanas. A través de concursos de artes plásticas y literatura se produce un acercamiento hombre-medio ambiente, imperioso en estos tiempos en los que el planeta se deteriora por segundos. La Reserva Ecológica Alturas de Banao es una de esas locaciones salvaguardas del entorno. Por su parte, las regiones del Plan Turquino materializan la voluntad de proteger a un animal, que aun cuando está repartido en 640 especies alrededor del mundo, dependerá de todo cuanto hagamos hoy para permanecer en él.
