Amaro plantea que tal situación tiene una repercusión negativa para cubanos y extranjeros, pues en la localidad no es posible echar aire a los neumáticos de vehículos automotores y ciclos. “En todos los establecimientos las mangueras están cortadas, sin la toma necesaria”, afirma el remitente.
Los usuarios consideran “bochornosa” la forma en que se irrespeta al cliente, por negligencia de quienes deben velar por esa prestación; por eso señala entre las causas de la mala atención: “el quebranto de la disciplina, la falta de exigencia o el abandono en sentido general”.
El autor de la misiva recuerda los “famosos siete puntos del pistero”, en alusión a las obligaciones de quienes antiguamente brindaban ese servicio. La situación actual ha traído como consecuencia, que los trabajadores por cuenta propia hayan asumido la actividad, con un precio de un peso en moneda nacional por cada goma, destaca. “Podrán existir un millón de justificaciones, pero lo cierto es que (…) somos incapaces de brindar un servicio aceptable en centros diseñados para esos fines”, concluye.