Un paraíso del Caribe comienza a compartir su virginidad con asiduidad, desde que el líder histórico de la Revolución cubana, inaugurara el 12 de noviembre de 1993, el hotel Guitart, hoy Colonial Cayo Coco, en el litoral norte de la provincia de Ciego de Ávila.
Aunque los primeros en abrir la gran puerta al edén, fueron los constructores pertenecientes al contingente Roberto Rodríguez, El Vaquerito, liderados por Evelio Capote Castillo, Héroe del Trabajo de la República de Cuba. Echaron piedras sin mirar hacia adelante, como les indicara el compañero Fidel, y el 26 de julio de 1988, materializaron el primer pedraplén construido en el país.
Dos décadas han transcurrido desde que el Comandante en Jefe dijera a los fundadores de la planta hotelera: “Nosotros hemos encontrado la tierra prometida, y esta preciosa instalación es un premio a ese esfuerzo…”.
Hoy el polo turístico de los cayos Coco y Guillermo es el de mayor crecimiento acumulado en Cuba, en el indicador turistas-día con 22,9 %, cifra superior a su record histórico de arribos, según informó Alexis Trujillo Morejón, viceministro primero del Ministerio del Turismo.
Cautivan allí las transparentes aguas y finas arenas, la calidad del capital humano, el confort de los 14 hoteles en primera línea de playa, las opciones de recreo. Por tales atractivos, han visitado las instalaciones 3 millones 500 mil vacacionistas, y sus potencialidades apuestan por más admiradores.
Tiene el enclave entre las perspectivas inmediatas, el incremento de los vuelos hacia su aeropuerto internacional en la temporada alta de turismo, la cual comenzó este mes y se extenderá hasta abril de 2014, con posibles incrementos de tradicionales mercados emisores como Canadá, Reino Unido y Argentina.
Otra oportunidad para el desarrollo sostenido deviene la construcción de tres hoteles, con vistas a sumar unas 2 mil 250 habitaciones, donde existen en la actualidad más de 5 mil 500.
Los 20 fructíferos años de operaciones turísticas en Jardines del Rey sirven también de acicate para potenciar las buenas prácticas ambientales en la preservación de los tesoros naturales, tales como la flora, la fauna y las dunas de arena en Playa Pilar, consideradas las mayores del Caribe.
