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Holguín manda en la final

Matanzas fue un gran rival, pero no consiguieron mantener la concentración en el partido. Foto: María de Jesús Chávez, estudiante de periodismo UO
Matanzas fue un gran rival, pero no consiguieron mantener la concentración en el partido. Foto: María de Jesús Chávez, estudiante de periodismo UO

Matanzas lo tiene todo para ser campeón del balonmano en Cuba: velocidad, juventud, fuerza, empuje y calidad sobre la cancha. Pero a los yumurinos les falla la concentración con demasiada facilidad.

Ese fue el punto débil que los llevó a perder su primer partido de este jueves 14 de noviembre ante Holguín, en el tabloncillo del instituto pedagógico Frank País García.

Los holguineros consiguieron de esa manera situarse a la cabeza del evento con dos victorias sin derrota, y ello los pone casi en un sendero expedito para conservar la corona de la disciplina en el torneo local, pues al vencer a Matanzas y La Habana, dejan atrás a sus dos grandes rivales de la competencia.

El marcador de 36-29, que finalmente aparecerá en los registros del choque, no es lo suficientemente gráfico para entender lo que sucedió en la capital del oriente cubano. Sí, Holguín ganó inobjetablemente, pero el deporte es mucho más complejo que las cifras en frío.

Los holguineros plantearon desde el principio del partido una defensa perimetral férrea que rindió excelentes resultados, pues los matanceros se vieron bien limitados al ataque. Por otra parte, los actuales campeones fueron extremadamente efectivos en los contraataques y supieron aprovechar cada fisura en el juego de sus adversarios.

A pesar de esto, el juego no lo definió ningún parámetro técnico; ni los tiros a puerta o la posesión del balón. El encuentro fue decidido en la mente de los yumurinos, quienes no soportaron la presión y vieron colapsar un partido que, sin duda alguna, podían haber ganado.

Holguín es uno de esos equipos que se mete en la psiquis de sus contrarios; los destroza con gritos, miradas y retos directos; sabe cómo poner ansiosos a sus oponentes y de ello saca la mejor parte. Ese es su diseño de juego, y ante él es casi imposible dejar de reaccionar; especialmente en un deporte con tanto contacto físico.

Repito. Matanzas lo tiene todo para ser el nuevo campeón del balonmano en Cuba, de eso no hay duda. Ahora bien, falta que ellos mismos se lo crean.

Los máximos artilleros del choque fueron Ángel Dariel Hernández (MTZ) y Noelvs Roble (HOL), ambos con nueve dianas en sus cuentas personales.

El segundo encuentro de la mañana corrió a cargo de La Habana y Pinar del Río, con score final de 32-30 favorable a los capitalinos, quienes ahora acumular una victoria y una derrota.

Fue este, por amplio margen, un partido mucho más sosegado que el anterior. Claro está, todo lo sosegado que pueda ser un juego de balonmano.

Los habaneros tuvieron que emplearse a fondo para conseguir el triunfo, pues aunque su juventud les ofrecía mayor movilidad sobre el tabloncillo, esto era balanceado por la experiencia y maña de los vueltabajeros, quienes por momentos parecieron tener el desafío en las manos.

Sin embargo, la precisión y defensa mostrada por La Habana en los compases finales del choque inclinaron definitoriamente la balanza hacia los azules, quienes tuvieron una vez más el valioso aporte del Reinier Tabuada (11 goles), secundado por Alexander Izquierdo con 10 tantos.

Tabuada llegó a 22 anotaciones y con ello encabeza la lista de los máximos goleadores del certamen hasta el momento. El joven habanero, integrante del equipo nacional, tiene un torneo de lujo y se ha convertido en un arma de extrema efectividad para su equipo.

Por los pinareños, que acumulan dos reveses y siguen sin ganar, Yasel Lazo marcó en nueve ocasiones y lidera la ofensiva pativerde al sumar 15 goles en la individual.

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