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Trabajar con la pasión de ser inventor

A Julio le apasiona la innovación, por eso pone todo su empeño en “inventar” todos los días que puede. Foto: Leandro Armando Pérez Pérez.
A Julio le apasiona la innovación, por eso pone todo su empeño en “inventar” todos los días que puede. Foto: Leandro Armando Pérez Pérez.

La grasa, la suciedad, los tornillos, el aceite… forman parte indisoluble de la vida diaria de Julio Sánchez Barrero, mecánico de diagnóstico y prueba de la empresa de soluciones mecánicas de Camagüey (Somec).

Esa realidad  no le resulta ajena y mucho menos molesta porque hace alrededor de 35 años que le sabe a eso de reparar motores y crear nuevos mediante la mecánica. Además de esos años lleva cerca de 27 en Somec, entidad encargada de las reparaciones de las maquinarias empleadas en el sector de la construcción.

Y es que allí, como él asegura, “se hace un trabajo eficiente porque esta  empresa comenzó con mucho desarrollo y se hace de todo, por lo que no he salido de aquí”.

Alma de (re)constructor

Tantos años en la misma profesión no han provocado que Julio pierda el interés. Tal vez la clave radique en su empeño por ser uno de los principales innovadores que mueven a la empresa y en que “todos los años surge algo nuevo y con nuevas tareas”, asegura.

Por estos días una de esas ideas “locas” le ocupa el tiempo, pues al banco de problemas con el que cuenta la fábrica se le adicionaron nuevos equipos a reparar: los volvos y los belaz.

Garantizar la calidad de la reparación los llevó a crear un banco universal de prueba para analizar cualquier sistema de frenado. “El trabajo– explica Julio– consiste en la fabricación de un banco de prueba universal para comprobar los sistemas de frenado de los equipos. Sirve para los sistemas tanto hidráulicos como de   aire, y comprueba también los neumáticos.

“Con esto garantizamos la calidad en la reparación, que no hayan fallos técnicos ni salideros ni una avería por parte de la reparación que realizamos en el área”.

El frenado es uno de esos componentes de los carros que más preocupa, debido a que al ser de gran tamaño estos equipos, un mal funcionamiento de ese sistema provocaría accidentes de gran magnitud.

Y es que como apunta Julio: “Esos equipos trabajan en minas y cargan grandes cantidades de áridos, con pesos de alrededor de 40 o 50 toneladas, por lo que un fallo en el frenado puede ocasionar accidentes fatales.

“Pero con esta innovación se garantiza  la calidad del frenado del equipo con todo su sistema, pues en él se prueban distintos conjuntos del sistema: la bomba, los neumáticos y verificamos si hay salideros. Además, es para todo tipo de carros porque el equipo se adecua al agregado que vas a reparar”.

Pasión de años

A Julio, los nueve años consecutivos que lleva recibiendo la condición de vanguardia nacional de la asociación  nacional de innovadores y racionalizadores (Anir) y del sindicato de la construcción solo le han servido para apasionarse cada vez más con la idea de “inventar” de la nada, para recuperar y garantizar así ahorro por concepto de importaciones. Tal es así que en este año ha hecho un número de cinco innovaciones.

Pero le preocupa algo, a él y a sus compañeros: “Nosotros llevamos mucho tiempo en la mecánica y veo que a la juventud no le gusta, por lo que debemos lograr que en los centros estudiantiles se dé información sobre este trabajo, que también incluye la tornería y no es como lo pintan.

“Además, la técnica va a avanzando y es un reto todos los días en la cual hay que superarse porque la mecánica es de todos los días”.

 

 

 

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