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Vivir sin miedos

El Hivamat es un equipo de alta demanda en las clínicas de rehabilitación. Fotos: César A. Rodríguez
El Hivamat es un equipo de alta demanda en las clínicas de rehabilitación.
Fotos: César A. Rodríguez

“El miedo es la más grande discapacidad de todas”
Nick Vujiic (Escritor australiano, sin brazos ni piernas)

Más de mil millones de personas en el mundo viven con alguna discapacidad; de ellas, casi 200 millones experimentan dificultades considerables en su funcionamiento. La prevalencia tiende a incrementarse con el envejecimiento de la población —el riesgo es superior en los adultos mayores— y también por el aumento de enfermedades crónicas como las cardiovasculares, la diabetes, el cáncer y los trastornos de salud mental.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la discapacidad como “restricción o ausencia de la capacidad de realizar una actividad en la forma o dentro de lo que se considera normal para un ser humano», y tiene cuatro modalidades: física, psíquica, sensorial e intelectual, las cuales se manifiestan en diferentes grados o pueden coincidir varios trastornos en una misma persona.

Una investigación epidemiológica realizada en Cuba, en el período 2001-2003 —la primera y más profunda a toda la población—, cuyos resultados se publicaron en la Revista de Salud Pública, arrojó que el país tiene una tasa de prevalencia de 3,26 por cada 100 habitantes. Guantánamo con 4,13 fue la provincia con el promedio más elevado y La Habana con 2,13, el más bajo; encontraron en el grupo mayor de 60 años y en el sexo masculino la mayor presencia de discapacidades.

Envejecer mejor

El envejecimiento de la población cubana es un reto para el Ministerio de Salud Pública y para todos los organismos involucrados en nuestra sociedad: preparar las condiciones para que se atienda mejor a las personas que llegan a la tercera edad o que desde antes padecen una discapacidad.

El Hivamat es un equipo de alta demanda en las clínicas de rehabilitación.

La doctora Maritza Leyva Serrano, directora nacional de Rehabilitación, del Minsap, reconoce que al superar los 60 años crecen las posibilidades de padecer algún tipo de incapacidad, que también se agravan con el tabaquismo, la obesidad y el sedentarismo.

La especialista de Segundo Grado en Medicina Física y Rehabilitación, aconsejó realizar acciones de promoción y prevención de las discapacidades en general, con énfasis en aquellas que se producen a partir de enfermedades crónicas.

“Tenemos que lograr que al diabético no le amputen un pie o que el hipertenso no haga un infarto cardíaco o cerebral; tratar de vivir todos los días con más calidad, eliminando factores de riesgos y educando a la población en cómo tener más salud.

Para eso, dijo, es preciso que las personas aprendan a comer mejor, con los propios recursos disponibles en nuestro país, a hacer los ejercicios que ayuden a mantener la forma física, el peso y la mente sana.

Informó que en Cuba existe un Programa de Rehabilitación Integral, que cuenta con especialistas en los tres niveles de atención de salud, quienes atienden desde la persona que nació con alguna enfermedad congénita hasta los traumatismos.

Además, tratan de prevenir los factores que provocan discapacidad, entre los que citó que en todos los servicios de rehabilitación existe una consulta de cesación tabáquica para los fumadores, a quienes se ayuda de manera integral con sicólogos, especialistas en Medicina Natural y Tradicional, terapistas físicos y licenciados en cultura física.

Mencionó además a la podología. Los diabéticos deben asistir a esas consultas al menos dos veces al año, para enseñarles cómo se cortan las uñas, el cuidado de los pies o vigilar si brota alguna úlcera para evitar una lesión futura.

“Con los hipertensos tenemos los licenciados en cultura física que hacen terapia grupal y les brindan conocimientos para hacer ejercicios y prevenir las crisis o que bajen de peso. En los gimnasios de las clínicas de rehabilitación pueden explotarse infinidad de servicios para darles calidad de vida a las personas que viven con algún tipo de impedimento”.

La también Máster en Rehabilitación Cardiovascular y Neurología significó que como parte del programa atienden a los “abuelos” que no puedan asistir al servicio en las clínicas, policlínicas ni hospitales. “Le llamamos rehabilitación domiciliaria, que implica la evaluación del médico y del técnico o licenciado en terapia física en el propio hogar y luego hacemos el tratamiento: los ejercicios, la podología, incluso si son equipos ligeros los llevamos y les brindamos ese servicio.

“Es muy importante esta especialidad en los hospitales, porque la rehabilitación debe comenzar en los primeros días a partir del accidente para lograr los mejores resultados, o movilizar al paciente ingresado para evitar úlceras o escaras por el proceso de encamamiento. Parte del trabajo de esos equipos es preparar a los familiares para atender a los pacientes que tienen esa condición que ya están en el hogar.

“Los niños que presentan factores de riesgo cuentan con la consulta de atención temprana en las propias clínicas para evitar la discapacidad; en ellas hay pediatras, fisiatras, terapistas físicos y defectólogos; se les da seguimiento y tratamiento, evitando que aumenten sus malestares o que la enfermedad sea más grave”.

Recursos humanos y materiales

La doctora Maritza Leyva, informó que a partir del año 2003, Cuba intensificó el proceso de formación de recursos humanos para la atención a las discapacidades y la rehabilitación dentro y fuera del país. Citó el papel de los especialistas que prestaron servicios tras los terremotos de Paquistán y Haití, donde fue decisiva su atención a personas que perdieron sus miembros, sufrieron alguna fractura o tuvieron cualquier accidente.

“Cuando se realizó el estudio de la discapacidad en la nación, no contábamos con el equipamiento para dar un servicio óptimo a la población. Entonces, junto a la calificación del personal, comenzaron la construcción o remodelación de las instalaciones y la adquisición de equipos de alta tecnología, muchos de los cuales ya tienen 10 años de explotación.

“Se fortaleció la atención primaria con la electroterapia, hidroterapia, terapia ocupacional, podología, defectología, mecanoterapia; algunos equipos ya están rotos, pero se están comprando piezas desde el año pasado para ir reparándolos.

“Los servicios de rehabilitación son muy demandados por nuestra población, tanto para discapacidades como para dolores temporales que producen por ejemplo las sacrolumbalgia, epicondilitis, y otras. “Los tratamientos son costosos y en el mundo se rehabilitan quienes tienen dinero. Cuba ha invertido para llevar esta bondad a todos sus hijos, y seguiremos elevando la capacitación y la tecnología en aras de mejorar cada día más o incorporar nuevos tratamientos.

“Si en un momento en nuestro país nacieron muchos niños e hicieron falta pediatras y neonatólogos, en esta época y en las que están por venir, necesitamos de la geriatría y la rehabilitación. Nada hay como vivir todos los días con calidad”.

Calores y masajes son claves en estos servicios. | fotos:René Pérez Massola
Un especialista puede atender a más de un paciente a la vez

 

 

 

 

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