Intenso es el ajetreo que por estos días vive Bayamo, ciudad granmense que este 5 de noviembre festeja 500 años de existencia. Casas recién pintadas, pavimentos aún humeantes y bronces acabados de pulir son algunos de los impactos visuales de una jornada que pretende dejar huellas en la urbe y en la memoria popular.
Convertir la circunstancia en pretexto para hacer mucho más ha estado en las intenciones de Samuel Calzada Deyunde, presidente de la Asamblea Municipal del Poder Popular, quien integra el Comité de Honor de los festejos: “Desde que empezamos a concebir la idea del 500 aniversario quedó claro que el pueblo era el principal protagonista y así ha resultado, los bayameses se han integrado con su trabajo y también con sus críticas.”
“Nuestra ciudad tiene la gracia de que cada 4 ó 5 cuadras existen uno o varios sitios de valor histórico, por eso hablamos de entornos, de los cuales más de 10 fueron restaurados. Una cantidad similar de parques recibieron mantenimiento y se construyó uno nuevo, el 500 aniversario, que tiene un reloj de mármol en su centro donde quedarán marcados los años de nuestra ciudad. Colinda con él la escuela primaria José Antonio Saco, recién restaurada, donde años atrás hubo un centro docente por donde un día corrieron los niños Carlos Manuel de Céspedes, Perucho Figueredo y otros que más tarde se convirtieron en hombres ilustres.
“Se trabaja aún en el acceso a Bayamo desde Las Tunas, por la carretera Central. Allí se construye un separador central con luminarias y una rotonda en cuyo centro estará un coche como símbolo de la ciudad. Pendientes quedan otros proyectos, entre ellos el acueducto que es una inversión a largo plazo y debe concluir en el 2020, de la cual ya se han ejecutado algunas etapas.”
Samuel habla con orgullo de “la dignidad de ser bayamés, sin chovinismos”, de la posibilidad inmensa que le han dado estas jornadas para acercase a la historia y a los poetas que han cantado a la ciudad, algunos casi olvidados como José Fornaris o Juan Clemente Zenea. También reconoce la responsabilidad que representa preservar el fondo patrimonial de la urbe: el edificado, el documental y también el intangible que se expresa en la cultura, costumbres y tradiciones de la gente.
Bayamo es uno de los municipios cubanos que, en términos económicos, ingresa más de lo que gasta, asegura. Al cierre de septiembre había aportado más de 741 mil pesos en producción mercantil, 30 millones más que lo planificado y un 12 por ciento por encima de lo entregado en igual periodo del año anterior.
“Entre los asuntos pendientes, o en proceso, está la reorganización de algunas actividades del trabajo por cuenta propia, sobre todo las relativas a los cocheros y carretilleros. La ciudad lo está pidiendo y nos corresponde reacomodarlo para que funcione con disciplina. Es importante respetar la solemnidad de algunos de nuestros espacios, como las plazas del Himno y de la Revolución, donde no es posible admitir ciertas actividades pues resultan inadecuadas para ese entorno, como tampoco podemos aceptar en ellas a personas gritando o sin camisa. Es un tema complicado pero le entraremos con toda nuestra energía.
“Los coches, por ejemplo, son parte de nuestra identidad, fueron una conquista, razón de más para que solo circulen aquellos que tengan las condiciones para ello. Reactivaremos su reglamento y chequearemos con mayor sistematicidad el cumplimiento de las medidas de higiene, así como el estado de salud de los animales. Una de las iniciativas con respecto al 500 aniversario tuvo que ver precisamente con esto, fue un concurso al mejor cochero, que recibirá como premio un coche nuevo”.
Recientes estudios arqueológicos han ubicado en siete sitios diferentes el asentamiento original de la segunda villa fundada por los españoles en Cuba. La polémica apenas comienza y solo el tiempo y los hallazgos arqueológicos dará luz sobre ella. Mientras tanto, la Bayamo del comercio de rescate, la cuna de poetas y héroes, la trovadoresca e irreverente, la que entró a la historia terciada por una tea incendiaria y una lira, sigue festejando medio milenio de existencia.
